A José Rubén Zamora


Estuardo Zapeta

Conozco a mi Ejército tanto como graduado de los Cursos de Alta Estrategia...

Estimado Chepe, he leído con mucha atención tu serie de comentarios acerca del Ejército de Guatemala siendo el más reciente el del miércoles (16-XI-2011, págs. 18 y 19), y siento que a la par de lo que expusiste existen otras consideraciones que hoy me atrevo, quizá en mi “simpleza”, a presentarte. Y digo “nuestro”, porque habiendo sido acérrimo antimilitar, como te consta, la vida, la academia y la experiencia me llevaron a comprender aspectos fundamentales de la Institución armada que van más allá de los “grupos de poder” y “los grupos de presión”.
Conozco a mi Ejército tanto como graduado de los Cursos de Alta Estrategia, como en mi voluntariado ya por varios años como Instructor en el área de las Ciencias Sociales, Estrategia e Inteligencia. Por eso, me preocupa que en tus apreciaciones ataques la institucionalidad del Ejército, imperfecto cierto, pero perfectible a partir del sostenimiento puramente Institucional, y de la cada día creciente convicción de que la estabilidad y fortaleza del Ejército son buenas y deseables para Guatemala.
No me aparto de tu valiente labor de denuncia, pero considero ver en tus comentarios un extraño “juego de poder” bajo la metodología maniquea de “exponer a unos para `esconder`, o peor aún, `avanzar` a otros.” Y precisamente de esos son los “juegos” que debemos insistir algunos “militares” deben salir, o sacarlos inmediatamente.
Mi observación-participación me ha llevado a la conclusión de que el Ejército está integrado por mujeres y hombres comprometidos con esta gran nación, al punto de que muchos dieron sus vidas para que vos y yo, Chepe, tengamos hoy la Libertad de criticarlos. Hoy tenemos Libertad de Expresión no porque existamos periodistas, sino porque hubo soldados que defendieron y defienden ese Derecho a pesar de que para ellas y ellos haya sido vedado.
En ese extraño “juego que la gente juega” estás haciendo dos cosas que expongo para tu reflexión: uno, atacás lo más importante del Ejército, o sea su “Institucionalidad”; y, dos, en el juego te llevás “de corbata” vidas, carreras, familias, nombres, reputaciones y limpias trayectorias que tus curiosas “fuentes” adversan. Todavía peor es esa situación de poner a los militares de alta a jugar “política, intrigas, temores y terrores” innecesarios.
Tomo, por supuesto, tu punto acerca de lo que llamás “herederos y mafias”, pero precisamente por ese señalamiento es que enfatizo la “Institucionalidad” como remedio, y no en tu inferencia básica que resumo en “si no hubiese Ejército, entonces no existiesen mafias”.
Entiendo tu visión “conspiracional”, la cual leo entre líneas y considero que alimentan tus comentarios, pero más allá de ese panorama Pinkycerebral, observo que has casi exiliado la posibilidad de una Institución con altas posibilidades de restablecerse, mantener el balance social y demostrar que la Nación guatemalteca es posible.
Qué tal, Chepe, si apoyamos la Institucionalidad del Ejército y valoramos las vidas, las carreras y las familias de los muchos que siendo soldados valoran y defienden las nuestras.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día viernes 18 de noviembre 2011.