Ocupando Wall Street


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

El movimiento llamado “Ocupando Wall Street” ha cautivado la atención de los medios de comunicación. Lo que comenzó a mediados de septiembre como una anónima manifestación inspirada en las protestas de los países del Medio Oriente y de Europa, ha motivado la participación de las más variadas corrientes de pensamiento. ¿Una demostración del rechazo al capitalismo? Quién sabe… pareciera que los manifestantes están más confundidos que indignados. La llamada “primavera árabe” fueron manifestaciones que comenzaron en Túnez este año


y se propagaron por todo el Medio Oriente, en las que exigían una mayor libertad. Algunas tuvieron éxito, como en Egipto. Otras continúan siendo brutalmente reprimidas, como en Siria. El movimiento de los indignados en España son protestas ante la grave situación económica prevaleciente. El desempleo crónico español se ha agravado dejando a millones de personas molestas y en búsqueda de un responsable.

Así llegamos a Nueva York en donde, de acuerdo con los medios de comunicación, una ONG canadiense inicia una pequeña protesta en contra del “consumismo” que se convierte en el movimiento “Ocupando Wall Street”. El parque Zuccotti, epicentro de las manifestaciones, ha atraído a socialistas, libertarios, anarquistas, independientes, conservadores, ambientalistas, sindicalistas, celebridades, etcétera. Aparentemente han llegado en forma espontánea con un único común denominador: están desempleados. Pacíficamente realizan discursos, tienen una biblioteca y hasta un centro de atención a la prensa. Y, precisamente, lo que la prensa principalmente ha recogido ha sido la parte más provocativa de las manifestaciones: el anticapitalismo.

Si el anticapitalismo fuera el tema central de la manifestación, únicamente demostraría lo confundidos que se encuentran. Los reportajes muestran cómo la protesta ha sido posible gracias a las instituciones del capitalismo. Los bancos han manejado las donaciones que les han llegado de todas partes, los grandes supermercados como Costco manejan una cuenta desde donde se les distribuyen alimentos, las capitalistas empresas de comunicación trasladan su mensaje, etcétera. El común denominador de los manifestantes es encontrarse sin una empresa capitalista que les dé empleo. Si las protestas no han atraído más adeptos; posiblemente sea porque el resto de la gente está protegiendo su empleo.

La crisis económica no ha demostrado que el capitalismo está en crisis. Lo que ha demostrado es que la intervención de los gobiernos en la economía inevitablemente termina en crisis. Ya sea mediante la manipulación de la tasa de interés por parte de los bancos centrales o el irresponsable endeudamiento público por parte de los ministerios de Finanzas, hoy estamos pagando el precio de sus ilimitados poderes discrecionales. Desde Túnez, pasando por España y terminando en EE. UU., los manifestantes deberán también tomar en cuenta lo anterior para que sus gobernantes les escuchen y entiendan que sus políticas públicas tienen consecuencias, en la mayoría de los casos, en perjuicio de los ciudadanos más vulnerables.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "prensa Libre", el día martes 18 de octubre 2011.