Dale con el bono 15


JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

La propaganda del señor Baldizón enfatiza la promesa más importante de su campaña: el bono 15. En una reciente ofensiva de medios, ahora pretende responder a las dudas de “¿de dónde saldrá el dinero?”. Y termina con la interrogante ¿está usted dispuesto a esperar otros cuatro años para tener esta prestación? Como quien dice, “no deje pasar la oportunidad de elegirme y así ganarse unos centavitos adicionales”. El voto ciudadano y bono 15 están, literalmente, en oferta.


Dice Baldizón que las empresas “ya están pagando el bono 15, solo que en la forma de impuestos”. Quiere decir que no hay problema porque lo que las empresas paguen en el bono lo dejarían de pagar en impuestos. ¿Qué tal? Si la cosa era tan fácil, ¿cómo no se nos ocurrió esto antes? Tal vez porque la cosa en realidad no es tan fácil y la mera creación de prestaciones por decreto no es el camino para la prosperidad.

En la propaganda, el candidato pareciera admitir que los únicos en capacidad teórica de pagar el bono 15 son “las empresas” porque solamente “las que pagan impuestos” podrán tomar ese crédito fiscal. El sector informal, que es el más grande empleador en el país, por definición, quedaría afuera.

Si creemos que el sector formal está representado principalmente en las empresas afiliadas al IGSS, ello representaría una planilla de aproximadamente Q35 mil millones anuales para poco más de un millón de trabajadores. Un bono 15 equivaldría a, aproximadamente, Q2 mil 500 millones. De acuerdo con la propuesta, la recaudación de impuestos disminuiría en esa misma cantidad.

“Allí está el detalle” —diría Cantinflas—. Dejar de percibir Q2 mil 500 millones en impuestos es el equivalente a abrir el hoyo fiscal, ya existente, en un 25 por ciento adicional. Baldizón no plantea solución al problema económico que esto crearía. Simplemente dice que las empresas “no saldrían afectadas”.

El riesgo que “el caldo nos salga más caro que los frijoles” ni se menciona; sin embargo, el riesgo es real. De hecho, ya estamos en crisis. Colom no solo nos hereda un agujero fiscal de Q10 mil millones por año, sino que nos deja la deuda pública más alta de nuestra historia. Con esos antecedentes, la propuesta suena peor de lo que parecería. Lo único que queda es creer que la otra promesa de Baldizón el llamado flat tax recaudaría una cantidad similar o mayor de impuestos.

Resumiendo. Aparece el bono 15 por Q2 mil 500 millones que provendría de los impuestos que pagan las empresas y que dejaría un hoyo fiscal más profundo que el de la zona 6. Pero no importa porque el flat tax lo compensaría y alguien pagaría Q2 mil 500 millones adicionales en impuestos, con lo que quedamos igual, solo que mejor, porque ahora el incremento salarial “estimuló la economía”… ¿Entendió?

Lo único que queda claro es que, al final del día, el único claro ganador en este juego electoral habrá sido el candidato de Líder. Nosotros habremos quedado baboseados, tratando de determinar “en dónde quedó la chibolita”, todavía creyendo que desvestir un santo para vestir otro es signo de riqueza y prosperidad.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 11 de octubre 2011.