Invicto Caudillo

El viejo faraón se aferra al poder. 83 años y canceroso, pero se resiste a dejar de ser el más rico del cementerio. Está hecho una mierdecilla pero aguanta en pie. Y lanza a sus esbirros a la calle con porras, látigos y cadenas, montados a caballo y a camello, para "escarmentar" a los malnacidos que se atreven a desafiarle. Manos Limpias, Fuerza Nueva y la Falange, apoyados por los perros policías grises de la D.G.S., siembran el terror entre los manifestantes de la Plaza de la Liberación. El sátrapa no está entubado en La Paz. Aún tiene fuerzas para ponerse en pie y dirigir un mensaje tenebroso a la nación. "Yo quiero morir aquí, en mi piramide del Valle de los Caídos por los dioses de la patria inmortal. Yo sigo, como Fidel Castro, hasta el final. A mi no me gusta el extranjero porque hay muchos rojos y masones. ¡Arriba Egipto!"
Le cuesta subir al avión a muy glorioso caudillo. ¿O será que no le quieren en ningún sitio?