Los peatones tienen prioridad en los pasos de cebra para jugarse la vida.
Del 14F al 23F, del amor al odio.
No fumo pero me encantaría ir al asador de Marbella a celebrar su reapertura para no fumadores. Pediría una suculenta comida y encendería un hermoso y largo puro antes de que me sirviesen el segundo plato.
Hay gente que todavía piensa en pesetas y en Franco, pero las cosas del pasado ya no vuelven, exceptuando Álvarez Cascos.
Toda España está pendiente de los puntos que separan al Barça del Real Madrid en la Liga y de los posibles votos que separan a Rajoy de Zapatero. Lo que está claro es que la Liga no la va a ganar el Osasuna ni las elecciones Izquierda Unida. España se ha hecho bipartidista y bifutbolera.
La pregunta típica de estos días en la prensa: "¿Qué hacía usted el 23F?
La respuesta más convincente si la hubiera: "Cagarme en todos los muertos del hijo de puta de Tejero"
A Mohamed VI hay que echarle de Marruecos pero en patera.
¿Se atreverán María Dolores de Cospedal y Mayor Oreja a atribuir el cáncer de Doña Esperanza Aguirre a alguna maniobra de los socialistas?
Terremoto en Nueva Zelanda, una tragedia de la que no es culpable ningún hijo de puta militar, civil o eclesiástico. Pero, de haber ocurrido en España, la culpa sería de Zapatero.
Gadafi, padre de todos los tiranos del mundo, verdugo despiadado de su pueblo, también tendrá un Arias Navarro que le llore.
