Vivir, soñar, leer, morir...

Soñar es gratis, incluso soñar con dinero, con una fortuna, con un tesoro... A la mayoría de los seres humanos, estos sueños nos acompañan hasta la tumba o la incineración. Yo todavía ignoro que va a ser de mi cuerpo, no tengo ningún plan, ni de pensiones, porque soy la oveja negra de la familia y me despreocupo de todo, no le doy importancia a lo que es sumamente importante para la mayoría de los mortales. Posiblemente me enterrarán de caridad. Moriré sin un euro y quizá a alguien le sirva la bicicleta (Marisol II) lo único que tengo. Los libros los tirarán a la busura, o los quemarán, que es lo que siempre se ha hecho.
Estoy de una alegría desbordante, ¿no lo notan?... Ayer me compré en un puestecillo de Alicante "Historias Macabras" (Kille Kille en el original) para empaparme del estilo y ver si aprendo a transmitir estas cosas mias más literariamente. Mientras tanto, estoy escribiendo un relato sobre un viejo que ya está de vuelta de todo, hasta de vivir. Es para enviar a los concursos de relatos. También me compré "Señora de rojo sobre fondo gris" de Miguel Delibes. Ambos libros deben esperar porque tengo otros dos para leer antes.
Mi pasión por la lectura me ha llevado a idear una estrategia para leer más. Ultimamente me duraba mucho una novela porque hago un mogollón de horas en el trabajo, y el poco tiempo libre lo dedico al blog, a estudiar inglés, a leer la prensa diaria y a mis caminatas, incluídas las de montaña, además de limpiar la casa. Así que he decidido cortar radicalmente con los periódicos de sábado y domingo, que son los más tentadores porque traen suplementos. Llevo tres semanas así y me siento de maravilla. Cada sábado y domingo avanzo en la lectura de la novela de turno, y el lunes cojo con más ganas el periódico.
"Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor" El que escribió esto debía ser un viejo porque me da que las ennumeró en orden de prioridad. La salud es lo más importante para un viejo, y luego está la pensión y/o lo que haya ahorrado. El último lugar lo ocupa el amor. Recuerdo lo que dijo Lucía Bosé en una entrevista: "¿Hacer el amor a mi edad?... ¡Jo, qué cansancio!" Si la canción la hubiese escrito un joven, el orden sería: "Amor, dinero y salud", aunque algunos mentecatos de hoy en día pondrían en primer lugar el dinero. La salud, que los jóvenes la tienen a raudales, no es cosa que les preocupe.