Payasos, curas y toreros

En El País Semanal de ayer aparece un excelente reportaje - literariamente excelente y fotográficamente excelente - sobre el cineasta Alex de la Iglesia, sin duda para promocionar su última película: "Balada triste de trompeta" El propio señor de la Iglesia habla de sí mismo en un artículo titulado "Alex de la Iglesia por Alex de la Iglesia", vertiendo una serie de opiniones, realistas y fantásticas, de todo lo que le surge de su fabulosa imaginación.
Transcribo este trozo que me ha gustado mucho:

Digásmolo de una vez: existe una conexión primigenia entre el payaso, el cura y el torero. No sólo en sus trajes de luces. Los tres son claramente femeninos, responden a un pasado cercano inisteligible, despiertan sentimientos ocultos, contradictorios. Los tres protagonizan rituales sacrificiales. El torero rememora el sacrificio ritual del toro, símbolo del poder. No olvidemos Cnossos. Los toreros bailan frente al toro. El sacerdote sacrifica simbólicamente a Cristo, ofreciéndolo en cuerpo y sangre a sus fieles en un auténtico festín canibal arquetípico, ataviado de túnicas de colores chillones. El payaso, también dentro de un círculo, se inmola haciendo el ridículo, redimiendo sus pecados y los de los espectadores. La lucha del payaso tonto y el payaso triste festeja el nacimiento y la resurrección del humor. La muerte de la violencia, asesinada por la carcajada.