Elvis Presley era un adolescente guapo que hubiese hecho caer en la tentación a cualquier cura u obispo católico de hoy en día. Otra cosa es que el entonces futuro rey del rock se dejase manosear por los "ministros de Dios"
Adolf Hitler era un veinteañero feo y antipático que se buscaba la vida intentando vender algunas de sus acuarelas por las calles de Viena. Y entre su clientela había judios. ¡Sí, algún judio compró alguna vez alguna acuarela de Hitler!
A Elvis lo encumbraron como máximo exponente del rock and roll.
A Adolf no le compraron las suficientes acuarelas y luego pasó lo que pasó.
Ambos están muertos y bien muertos y sobre ambos circularon leyendas chorras de que estaban vivos.
Franco fue una mierdecilla tan mierdecilla que ni siquiera tiene leyendas.