El carné viene de París

Ya tengo mi carné profesional de conductor, el BTP. Bueno, digamos que lo he aprobado, el carné lo recibiré dentro de un tiempo. De momento cuento con un papelito que se llama "Autorización temporal para conducir", es lo que debo mostrar a los guardias en el caso de que me paren.
Hasta ahora no me han pedido que me identifique, y eso que he pasado por un montón de controles. Anteayer mismo, sin ir más lejos, pasé por uno. La mayoría son de la policía nacional y buscan drogas o mafiosos, dos especialidades de esta tierra. Supongo que también buscarán terroristas, que no todos están en las cárceles del País Vasco o en las montañas de Afganistán.
El carné este es para cinco años, pero a mi sólo me lo han dado para tres por la jodida diabetes. Así que, en el 2.013, si no se ha acabado el mundo (Don Jota Uve sostiene que sí) comprobarán otra vez como va mi vista, mi pulso, mis reflejos... Igual ya me he quedado ciego y me quitan de conducir pero puedo vender cupones en las rotondas. Pues ya veremos, pero a lo mejor por esas fechas ya soy multimillonario y tengo una choferesa amante. Cosas más raras se han visto, ¿no?
¿Cuánta gente se habrá sacado el carné desde que este existe?, ¡uf!, ¿y desde cuando existe?...
En el Muy Interesante de este mes encuentro la respuesta: Sucedio el 14 de Agosto de 1.893. Fíjense, en las postrimerías del siglo XIX. Fue París la primera ciudad del planeta que prohibió a los automovilistas y motociclistas conducir sin un permiso oficial. ¡París en 1.893!... Tenía mi abuela materna sólo cinco añitos. Mi abuela Angelita nació en 1.888, un año facilísimo de recordar. ¡Joder, como corren los años!...
Estoy yo muy mayor para darme paseos todo el puto día con la furgoneta. Pero me siento muy juvenil cuando voy de casa al trabajo y viceversa en mi bici Marisol II. Es más saludable y divertido, mientras no me mate un coche. Ojo, que hay muchos conductores sin carné, de esos que se dan a la fuga dejando el cadáver del atropellado sobre el frío asfalto. ¡Qué horror, mi cadáver tiene que ser más desagradable que yo!... Y, además, quedaría un tanto espachurrado y sanguinolento.
Disculpen, pero ¿a que queda bonito terminar con un toquecillo macabro?