¡Adios, Berlanga!

Para ti también ha llegado el The End. Lo siento.
No trabajé en ninguna de tus pelis pero casi hago un anuncio contigo. Estuve en aquel casting para un spot televisivo de la ONCE. Ni te vi. Mientras hacía la prueba tú me mirabas algo alejado entre las penumbras de un patio de butacas. Creo que era el salón de actos de la ONCE.
Dejas un cine magistral que se va a recordar siempre. Los periódicos contarán muchas anécdotas curiosas, recordarán las palabras con las que te definió Franco: "Berlanga es un mal español" La cuestión es que tú eras humano y surrealista y él era otra cosa muy distinta... por la gracia de Dios.
Tu cine es muy bueno, Berlanga, buenísimo; tus comedias son geniales y hasta han servido para acuñar un término, "berlanguiano", como sinónimo de humor surrealista y esperpéntico, de humor muy inteligente.
Parte del éxito, todo hay que decirlo, se lo debes a ese excelente guionista que también ha muerto: Rafael Azcona. Detrás de todo gran director hay grandes colaboradores.
¡Adios, austrohúngaro!






¿De dónde cóño venimos y a dónde cojones vamos?... ¿O no venimos y no vamos?...

Sthepen Hawking y Roger Penrose están empeñados en convencernos de que no hay dios que valga ni cristo que lo fundó, que la creación del universo "no requiere la intervención de ningún Dios o Ser sobrenatural, sino que surge naturalmente de la ley física"
Esto me resulta muy refrescante y consolador después del empacho de clericalismo ultra con el que nos han obsequiado estos días Don Benedictus y su troupe.
Los científicos hablan de "fluctuación cuántica" e insisten en lo de la ley física. Pero los creacionistas contratacan: "¿Quién creo esa ley física?"
Los que no somos teólogos ni científicos estamos a dos velas. Yo sólo tengo claro que no creo en la iglesia ni en su dios, en ninguna iglesia y en ningún "dios de diseño" Mi planteamiento es muy simple dentro de su complejidad:
"¿Nos creo una inteligencia superior o somos cosa de las "leyes" físicas que van por libre?"
Desde luego, hoy por hoy, no puedo ser fundamentalista ni ateo, me parece tan irracional una alternativa como la otra. Son extremos opuestos que se juntan, como la ETA y el GAL. Permítanme que continúe con mi escepticismo.
Sólo sé que no sé nada... y además me jode.