Manuel Ledvabni: "Sumo la energía creadora del actor"

MAESTRO. Dicta seminarios de actuación a partir de textos de Chejov y de Brecht Foto: SEBASTIÁN SZYD

Director inquieto, es un estudioso de los métodos de actuación. Con una obra de Chejov y otra de Shakespeare en cartel, explica cómo traer los clásicos al presente

Por Natalia Blanc
De la Redacción de LA NACION

Para Manuel Iedvabni, la función del director teatral es comparable con la de un técnico de fútbol: estimular la potencialidad de cada integrante del equipo. "En el trabajo con los actores, no me atribuyo más importancia que la de ser el iniciador, el que pone la pelota en la cancha", dice durante la entrevista con adncultura en su departamento cercano a Parque Centenario.

En la actualidad, Iedvabni tiene dos obras en cartel: una puesta de Hamlet , de William Shakespeare, que adaptó junto con la actriz Malena Solda, y una versión de Tres hermanas , de Anton Chejov, que preparó con el joven dramaturgo Marcelo Pitrola, en la que dirige a un grupo de alumnos de su seminario de actuación. En septiembre reestrena Un informe sobre la banalidad del amor , de Mario Diament. Además, este mes comenzó a dictar una nueva edición del curso que lleva como título "De Chejov a Brecht. Del impresionismo al expresionismo", donde trabaja con textos de esos autores y con el método de Stanislavski.

"Me interesa desarrollar la técnica actoral. Hace tiempo que empecé a invertir los términos desde el lugar de la dirección. Ya no me importa qué Hamlet tengo en la cabeza sino qué Hamlet está dispuesto a hacer el actor que asume el rol. Si bien como director no puedo dejar de imaginar o de proyectar cada personaje, sí puedo sumar la energía creadora del actor -explica el fundador de grupos independientes como Teatro del Centro, Teatro Contemporáneo y Galpón del Sur-. A veces, pienso en el primero de los actores: hago de cuenta que estoy en una caverna, que ni siquiera hay un texto previo, y que veo a alguien que se muestra sin pudores. Ese instante, que es absolutamente fugaz, es el que me interesa estimular en cada clase y cada función."

Para lograrlo, parte de la complicidad del actor. "En las improvisaciones siempre utilizo el juego como punto de partida y tomo nota de lo que se desprende de esos vínculos. Yo no quiero prever, quiero que las cosas simplemente ocurran y que el proceso nos resulte placentero." Ésta es, asegura Iedvabni, su metodología de trabajo. "Uno siempre tiene procedimientos propios, que se han modificado con los años. Más en una vida prolongada como la mía, en la que he asistido a grandes emprendimientos humanos y grandes catástrofes. Todo eso provoca cambios. Me acuerdo de que Brecht se lamentaba cuando le decían: ´Usted no ha cambiado nada´."

Otro punto de inicio es la dramaturgia. "Tengo un gran respeto por el dramaturgo. Hay una teoría que sostiene que todo director es también un autor, pero no la comparto. De Esquilo, Sófocles, Eurípides nos quedaron los textos; de los directores, sólo monumentos."

-¿Qué le interesa en particular de los autores que analiza en su seminario?

-La técnica de la actuación, más allá de algunos estudios, no tiene una sistematización rigurosa. Para compendiar una zona de trabajo con el actor, hay que mencionar a Stanislavski y a Brecht. No es que hayan sido los únicos creadores de una metodología de actuación, pero son los picos, para mí, más altos. Stanislavski pudo desarrollar la técnica en relación con un nuevo tipo de realismo y llevar con éxito a escena las obras de Chejov que habían fracasado. Esa metodología todavía sigue vigente: hoy no hacemos más que variantes de la técnica de Stanislavski, que recurre a la memoria emotiva del actor, a lo más elemental y básico de la condición humana para representarla en el escenario.

-¿Cómo articula en sus clases el teatro de Chejov y de Brecht?

-Antes de responder, quisiera mencionar un acontecimiento histórico: la Primera Guerra Mundial, que fue una masacre lenta, de trinchera a trinchera. En una de esas trincheras estaba el joven Brecht, que era estudiante de medicina. Fue al frente como médico militar y luego se transformó en el dramaturgo que conocemos. Ese escupitajo a la humanidad que fue la guerra dio lugar al expresionismo, una pintura violenta, un retrato salvaje de la ferocidad humana. Cuando hablo de Brecht, hablo de la indignación frente a una sociedad que se le plantea como brutal, injusta, despiadada. Eso lo estimuló a escribir y a crear una estética con un capítulo llamado "Lo que debemos aprender de Stanislavski". Ésa es la asociación que hago en mis clases.

Iedvabni, que se define como "director más que docente", utiliza la enseñanza para experimentar. "Lo mejor que puedo sugerirle a cada actor que viene a estudiar conmigo es que bucee en sí mismo, que abra sus propias alas: al tener esa posibilidad de estimular, ya me doy por hecho. Si luego la consecuencia es una obra como Tres hermanas (más acá) , que acabamos de estrenar, mejor todavía."

Formado en los años cincuenta, el director cuenta que trabajar con gente joven le permite aprender cosas nuevas. "Me entero, por ejemplo, de cómo va el mundo, cómo lo ven los jóvenes. Ayer llevé un casete con la voz de Brecht que cantaba temas de La ópera de los tres centavos . Los alumnos me dijeron que eso se conseguía en Internet. Me hizo gracia porque yo llevaba una vieja cinta, que para mí es una reliquia."

Su versión de Tres hermanas transcurre en una ciudad del norte argentino. "Lo cambiamos porque pensamos en la espontaneidad del actor de hoy: en las palpitaciones del actor argentino frente a un público local. No entiendo a los que dicen que hacen teatro ruso o inglés. Yo utilizo textos originales y a partir de ellos planteo cómo los vivimos hoy. A veces, cuando fracasa un espectáculo, me digo: ´Traté de publicar el diario de ayer, que no lo compra nadie´. El teatro es el presente. Claro que no se pueden obviar las circunstancias en las que fue escrita una obra, pero uno no puede revivirlas. Antes que repetir fórmulas viejas, más vale inventar nuevas y encarar el texto con la frescura con la que fue escrito."

Con esa premisa, Iedvabni trabajó la adaptación de Hamlet que se presenta en el Centro Cultural de la Cooperación. "Tratamos de darle un latido actual: el joven que no puede soportar a los que gobiernan, que quiere enmendar el mundo y fracasa en el intento."

-¿Qué le ha dado el teatro para que usted le haya sido tan fiel?

-En realidad, yo soy un futbolista frustrado. Por suerte, lo advertí rápidamente y elegí el teatro de joven. ¿Qué me da? Me permite jugar hasta el día que me muera.

Fuente: La Nación