Adriana Varela sumará a sus tangos reversiones de temas de rock

Hoy a las 21.30, en el Teatro Municipal Coliseo Podestá de La Plata

Después de la presentación realizada el sábado pasado en el Salón Dorado de la Gobernación, Adriana Varela vuelve a la ciudad de las diagonales para deleitar a los platenses con un repertorio de tangos y mixturas rockeras que harán vibrar las butacas del Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47), hoy a las 21.30.

En esta oportunidad el repertorio será distinto al ofrecido en su anterior show, pero obviamente estarán algunos clásicos tangueros como “Sur”, y "aquellos que la gente pida", anticipó a Diagonales esta artista que descubrió su pasión a través del Polaco Goyeneche la noche en que vio Sur.

–¿A grandes rasgos, con qué temas nos sorprenderá?

–Será una recorrida de todo mi repertorio y por supuesto que no puedo estar ajena a los pedidos a la carta. Lo particular que para esta presentación voy con una formación tremenda, tres guitarras, un bandoneón y un piano, que es una formación súper, y me da una satisfacción increíble porque son todos los colores de la música que a mí me gusta, lo tanguero, lo menos tanguero, lo rockero. En el Coliseo van a haber algunas ofertas de rock en tiempo de tango. Voy a abocar a algunos rockeros que son urbanos, como Fito, como Miguel Cantilo, como Alejandro del Prado, hecho en ritmo de tango, con el quinteto.

–¿Qué canciones está trabajando ahora?

–“Tumbas de la Gloria”, “Che, ciruja” y “Tanguito de almendra” que es con la que debuté cuando no cantaba tango, un tema de Alejandro del Prado. Y voy a seguir trabajando a medida que pasa el año sumando más homenajes a los rockeros urbanos.

–Pasó de seguir a los Rolling y Led Zepelling a inclinarse por el tango, ¿pensó alguna vez en volver a hacer un giro de este tipo en su vida?

–Ah sí, no sólo lo pienso sino como ya me pasó en mi vida los cambios, como que tengo encarnaciones en esta vida, o sea, soy maestra, fonoaudióloga, casada con un jugador de tenis, separada, rockera, tanguera, que no tengo derecho a decir no me va a volver a pasar. Ya me pasó, por lo tanto me va a volver a pasar.

–¿Alguna vez consideró salir del tango por completo?

–Sí, una vez me hinché las bolas y dije: “vuelvo al consultorio”. Y me dijeron: “bueno, te agarró la locura de vuelta”. Eso me pasó cuando me puse bastante fóbica en el 2003 después de la guerra. Tenía que viajar a Estados Unidos y decidí no hacerlo. Cuando decidí no viajar me dí cuenta que estaba con un ataque de pánico y decidí no ir. Ahí también me pasaron cosas de decir vuelvo al consultorio, me dejo de joder.

También me pasa con otras cosas, no sólo con la música, la búsqueda mía siempre fue sórdida, aparente, porque ni me doy cuenta qué estoy buscando, pero luego de un tiempo encuentro algo dentro mío que aparece, como apareció el Polaco cuando alquilé la película Sur. Yo sigo un camino que está trazado en algo no manifiesto, de golpe se produce.

–¿Se considera un prototipo del tango?

–No. No me puedo leer a mí misma. Lo que hago, lo hago porque necesito hacerlo, pero no me escucho. Escucho mis discos para ver cómo salieron, después no me divierte escucharme. Mi cotidianeidad no tiene nada que ver con el tango, mis días son anarcos, de no tiempo, mucha noche en mi casa, soy muy poca salidora. Recibo pocos amigos, miro muchas películas en TV. Me interesa mucho la comunicación, obsesionada con el tema de los medios, en esa frecuencia vivo con la obsesión. Mi vida cotidiana, es de una casa de mujeres, donde se fue el último varón que era mi hijo.

Me acompañan mi hija, mi asistente, mi ayudante, es muy libre en ese sentido, no hay que dar examen. Son días normales pero no pautados porque a mí me caga la vida. No puedo someterme al hábito o a la rutina.

–¿Entonces cómo lleva la rutina de la profesión con su no-programación?

–Me dediqué a los pacientes neurológicos, con compromiso en el lenguaje, a investigar estudiando psicoanálisis, y ejercí la fonoaudiología desde ese lugar. Sigo interesada desde el tema del lenguaje. No me siento una cantante todos los días, sino está el otro, la otredad, no hay hecho artístico, igual que en la terapéutica.

Fuente: DiagonalesJustificar a ambos lados