Mostrando entradas con la etiqueta Música. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Música. Mostrar todas las entradas

Jazz a la brasileña

MANOS MAGICAS A LOS 79 AÑOS, AHMAD JAMAL TIENE UN ESTILO PERSONALÍSIMO, INCOMPARABLE. FUE LA REVELACIÓN DEL FESTIVAL.

Festival de Bridgestone: Tercera edición de este encuentro que se hace en San Pablo. Descolló el pianista Ahmad Jamal.

Por: Federico Monjeau
Fuente: San Pablo. Enviado especial

El trompetista Christian Scott abrió la tercera edición brasileña del Festival de Bridgestone, encuentro de jazz que se lleva a cabo en la Citibank Hall del acomodado barrio paulista de Moema, una sala para unos 1700 espectadores que luce prácticamente llena; en verdad, espectadores-comensales o, al menos, espectadores bebedores; no hay butacas sino mesas y decenas de mozos que van y vienen con bandejas repletas llenas de botellas, penosamente agachados para no interferir en la visión del escenario. Pero la amplificación es buena, el público bebe sin hablar y el concierto se desarrolla normalmente.

En Scott -con un cuarteto que completan Milton Fletcher en piano, Kriss Funn en contrabajo, Jamire Williams en batería y Mathew Stevens en guitarra- se oye una cierta tradición del jazz; especialmente, la del jazz modal y cierta forma melódica de Miles Davis. Nada es demasiado nuevo, aunque los solos del formidable Stevens (de Toronto) son de una gran riqueza melódica y armónica. Hay algo atractivo en el cuarteto, al menos en su completo alejamiento del pastiche y de las formas más edulcoradas de fusión.

La primera noche (miércoles) se completó con el conjunto de Uri Caine. A diferencia de lo que ocurre con la música de Scott, en Uri Caine no se oye una tradición del jazz, sino varias, y explicitadas abiertamente todo el tiempo. Uri Caine es una especie de organillero virtuoso; puede tocar lo que le pidan. Esta vez fue un programa funk-soul-gospel, para lo cual contó con la colaboración de la competente vocalista negra Barbara Walker. Caine es el representante más extremo del posmodernismo musical: la originalidad es para él una quimera; toda su música es una reelaboración de otras músicas y estilos, desde el funk común y corriente hasta las canciones de Schumann y las Variaciones Goldberg de Bach. Pero hay mucho nivel técnico en todo lo que hace. Desde sus teclados (piano acústico y Rhodes, en este caso), Caine piensa orquestalmente, y en efecto encuentra una pequeña orquesta en el cuarteto que completan James Genus en contrabajo, Elizabeth Pupo en percusión y el notable Zach Danziger en batería, quien rivaliza con Caine en el rol solista por su tremenda fuerza propulsiva y sentido del suspenso musical.

Una cantante mucho más personal que la del conjunto de Caine es Dee Alexander, que abrió la noche del jueves con su Evolution Ensemble. El nombre del grupo en cierta forma está justificado: es formado por violín, violonchelo, contrabajo y batería/percusión, una rareza en la tradición del jazz, aunque el fondo de cuerda evoca naturalmente al country. La suma de instrumentos melódicos proporciona una trama necesariamente polifónica, a la que la voz de Dee se suma como un instrumento más, y uno fuertemente onomatopéyico.

El cierre de la segunda noche estuvo a cargo del pianista Ahmad Jamal, de 79 años, con un cuarteto completado por el contrabajista James Cammack, el percusionista Manolo Badrena y el baterista Helin Riley. Jamal es un músico genial. La vejez en todo caso le da al toque más liviandad y economía. Sus manos pasan por el teclado como ráfagas brevísimas. El sonido es exquisito; las frases están sumamente condensadas, con mucho aire entre una y otra. Jamal las abre y las cierra con una indicación del dedo índice, y con ese mismo desde va dando instrucciones y dialogando con cada miembro del cuarteto. Su estilo no recuerda a ningún otro, tanto en los temas propios como en la interpretación de standards. Al final de su show de poco más de una hora queda la sensación de que todo lo anterior no fue más que un dosificado aperitivo.

Quiere llegar a Buenos Aires

El Brigestone Music Festival es un encuentro internacional de jazz que ya lleva tres ediciones en San Pablo y se espera que el año próximo llegue a Buenos Aires. El concierto del Overtone Quartet de Dave Holland hoy en el Coliseo es un anticipo del proyecto, aunque el guitarrista Kurt Rosenwinkler, que actuará también, no fue de la partida paulista. Anoche fue el turno de Holland en San Pablo, que compartió el escenario con los únicos músicos argentinos del encuentro: Escalandrum, el grupo de Daniel "Pipi" Piazzolla, que presentó un programa íntegramente dedicado a música del abuelo. Hoy será la última fecha, con el grupo del saxofonista Don Byron y con la cantante Melissa Walker acompañada por el cuarteto del contrabajista Christian McBride.

Fuente: Clarín

“El humor es una forma más de hacer reflexionar a través de una emoción”

Kevin Johansen + Liniers

El músico y el humorista gráfico presentan su espectáculo en el Teatro Café Concert

"Sí, Europa y Latinoamérica de nuevo este año", respondió el cantautor Kevin Johansen a la pregunta de si pensaban llevar el espectáculo que ideó junto al humorista gráfico Liniers, y que esta noche desde las 21.30 podrá verse en La Plata, en el Teatro Café Concert (43 entre 7 y 8).

Y ésa fue la última respuesta a una larga entrevista, que el músico le brindó a Diagonales. El flamante CD/DVD Kevin Johansen + The nada + Liniers = vivo en Buenos Aires es el fruto de esta curiosa unión y el tema principal de la siguiente charla.

–¿En qué momento dos amigos como Liniers y usted deciden trasladar ese vínculo a un escenario? ¿A partir de qué hecho?

–La verdad, fue involuntario y por terceros. Nosotros éramos amigos de asados y cumpleaños y cada tanta nos regalábamos un libro, un disco… Un día, nuestro stage, que le dicen “el Cheto”, Gustavo Piñero, sugiere que un primo suyo tiene un pad de computadora, sobre el cual Liniers podría dibujar mientras tocábamos. Así arrancamos en un Gran Rex hace unos cinco años.

–De los shows en vivo, el año pasado pasaron al libro con Oops. ¿Cómo surgió la idea de incursionar en ese formato? y ¿qué les dejó?

–Fue un ofrecimiento de la gente de Ediciones de la Flor, Daniel Divinsky y Cuqui Miller. Ya editaban los Macanudos de Liniers y les interesaba juntarnos en un libro, letra y dibujo. Cuando nos fuimos de gira por Latinoamérica y España el año pasado, y ahora, que acabamos de volver de Ingaterra y España de nuevo, yo digo que es la primera vez que me voy de gira con un libro. Liniers dice que es la primera vez que se va de gira.

–Los primeros shows lo tenían a Liniers a un costado del sonidista, después pasó a estar sobre el escenario como un músico más, hasta llegar a los murales. ¿Cómo se les ocurrió implementar ese cambio?

–También fue como Oops! Involuntario, se fue dando. Yo digo que hemos creado un monstruo y que no lo bajaremos más del escenario a Liniers. Encima, ¡la gente lo disfruta mucho a él!

–Las bandas ensayan para ajustar su sonido, canciones, etc. ¿Liniers también se suma a estos ensayos?

–No, ensayamos lo menos posible, todos.

–En alguna oportunidad, se invirtieron los roles e hizo música a partir de los dibujos de Liniers. ¿Qué quedó de aquella experiencia? ¿La van a repetir?

–Sí, lo probamos en Montevideo pero riéndonos mucho ambos, porque quedaba muy psicodélico. Tenemos que ahondar en ese tema. Igual, puede ser un viaje de ida.

–Kevin Johansen + The Nada + Liners = vivo en Buenos Aires ofrece una edición que resulta una apuesta interesante para los tiempos que corren. ¿Es un modo de creer en el disco como objeto?, ¿una manera de combatir la piratería? o ¿ambas?

–No, simplemente quisimos registrar un vivo con la banda The Nada, y la mejor excusa, teniendo a Ricardo era hacerlo en DVD.

–A su criterio, ¿qué aportaron los músicos invitados a Vivo en Buenos Aires?

–Son gente amiga y encima grandes artistas. Kiko Veneno es la humildad de los grandes personificada. Paulinho Moska, de Brasil, un compañero incansable, la Ileana Cabra de Calle 13, una voz inolvidable. Y Fernando Cabrera, como Kiko: sus canciones no están en ningún top ten radial, pero sus pueblos los cantan borrachos por las calles.

–Tiene una larga trayectoria, varios CD y sin embargo, recién en este 2010 apareció su primer trabajo en vivo (DVD). ¿Recién en este momento se sintió preparado para editarlo?

–No, hicimos varios registros en vivo pero parecía que siempre nos faltaban cinco pal peso. O el sonido no estaba del todo bien o la imagen fallaba. Para Vivo en Bs As, la estrellas se alinearon como una brochette, como diría Calamaro.

–No siempre la buena química que existe "en la intimidad" logra plasmarse en un hecho artístico.

¿A partir de qué momento se dieron cuenta de que también lograban plasmarla en el "vivo"?

–A partir de la primera vez. La gente le dio la bienvenida a que dos disciplinas compartan escena.

–¿Qué importancia tiene el humor para llevar adelante un proyecto como éste?

–Como para cualquier proyecto serio. Es una forma más de hacer reflexionar a través de una emoción.

–En 2007 apareció Logo, ¿hay en el horizonte cercano un nuevo disco de estudio?

–Sí, tengo terminado en un 70% el nuevo disco de estudio. Lo termino este año.

–Siempre cuenta que hace música (des) generada. ¿Cuáles son los pro y los contra de abordar las canciones desde ese lugar?

–Siempre fue y sera un riesgo tratar de ser original. Digo tratar porque somos todos permeables a lo que nos rodea. Pero el hecho de ser “distinto” hace 15 o 20 años era mucho más difícil. Yo siempre creí que se podía ser paulatinamente popular y que si las canciones son buenas, perduran en el tiempo. A eso apunto. Tengo la fantasía sencilla de cualquier compositor de canciones: que la señora que está barriendo la vereda, el kioskero o el pibe que cruza a jugar la pelota, silben o canturreen una melodía tuya.

Fuente: Diagonales

Angela Irene en Peña La Salamanca de La Plata

A partir de las 22, en calle 60 y 10.

Angela comienza su carrera profesional en su ciudad natal, General Pico, La Pampa, identificándose desde sus comienzos con el folclore. Llega a Buenos Aires en 1975, animada y estimulada por el madrinazgo artístico de Mercedes Sosa. En 1977 gana el Festival Nacional de la Canción de Cosquín, con el tema Cruz de quebracho. En 1979 conoce y graba con quien sería uno de sus maestros y grandes amigos: Ariel Ramírez.

De esa relación musical surge su primer larga duración, Ariel Ramírez presenta a Angela Irene. En 1982 lanza al mercado su segundo trabajo discográfico, La cantora de Yala, grabado con el acompañamiento de los mejores músicos de nuestro país. En 1993 aparece Angela Irene, su tercer trabajo, éste en formato compacto. En 2006 se edita Angela Irene. La historia del folclore, 2º parte. Grabó con Pedro Aznar, y lo acompañó en sus presentaciones en el teatro Ateneo.

En estos días se encuentra presentando su nuevo material discográfico, Soy, donde fue acompañada de algunos de sus grandes amigos: Luis Salinas, Raúl Carnota, Alberto Rojo, Eduardo Spinassi, Diego Clemente, Pablo Figueroa, Néstor Acuña y muchos más. Durante toda su carrera, Angela, polifacética y segura de su versatilidad artística, integró espectáculos junto a Ariel Ramírez, luego junto a Eduardo Lagos y Domingo Cura realiza un espectáculo denominado Así nos gusta, que luego, con la incorporación de Eduardo Spinassi, se denominó Angela Irene y el Trío de Domingo Cura. En 1990, junto a Marián Farías Gómez, reedita Mujeres argentinas, más tarde, con la misma Marián, Latinoamérica es mujer, por largo tiempo recorrió escenarios con Canción de caminantes, junto a Cacho Tirao, Domingo Cura, Zamba Quipildor y Roberto “Chiqui” Pereyra.

En sus presentaciones nos sorprendió con un solo músico, o con bandas de alta jerarquía, y en la actualidad eligió nuevos compañeros de ruta para sus recitales: Pablo Budini en guitarra, Alejandro Pippo en bajo y Horacio Freire en percusión, estos músicos no son tres voluntades que se reúnen alrededor de Angela, sino que tienen una identidad propia, son Pablo Budini Trío. Ella propone esta nueva etapa con la convicción de que será una de las más fluidas y satisfactorias.

Todas estas innovaciones que realiza, más las cualidades vocales e interpretativas, la convierten en la preferida del público y de la crítica.

Fuente: Hoy

La Dulce se presenta en La Plata

Domingo 23 de mayo: La Dulce se presenta en La Plata con su disco Sed y nuevos temas de su próximo disco.

Dulce es uno de los cinco sabores básicos que puede percibir el sentido del gusto. Y uno muy gratificante, por cierto. Se asocia a sensaciones de placer y atrae. “Te rescata, como cuando tenés un bajón, te da energía, y bueno, porque a veces las canciones no son nada dulces sino que van más por el lado de la protesta y como de pinchar un poco”, cuenta Samantha Navarro, cantante de la banda uruguaya La Dulce, que mañana, por primera vez, desembarca en La Plata.

Como quien ha caminado un largo trecho hasta llegar a destino, Samantha Navarro, Chacha de
León, Andrea Viera, Mariana Vázquez y el bendito entre las mujeres Eduardo Yaguno vienen con Sed, el segundo disco de la banda que fue reconocido por la revista Rolling Stone como una de las mejores placas de 2008.

“Nuestra música tiene como una cosa desprejuiciada que trabaja en la fusión de distintos ritmos, porque los que integramos La Dulce venimos de distintos lados, no es que nos juntamos para hacer un tipo de música que nos gustaba en particular, sino desde la diversidad sonora más bien”, grafica Samanatha. “Entonces hay algunos temas que van más por el lado folclórico pero, al tener las influencias cambia. Y tenemos todo eso salpicado con humor, no desde el lado de los chistes, pero sí hay un humor que está como un ingrediente de casi todas las cosas, y por eso se genera también una cosa de protesta”, relata.

A Sed le seguirá otro proyecto, para el que ya hay canciones, muchas de las cuales también sonarán en La Plata, pero que traen una nueva propuesta.

“Estas que estamos investigando ahora son como más rockeras. Porque tienen una cosa un poco más oscura, aunque si bien hay un poco de humor, en primera no está, es como que tenés que meterte adentro. Y está trabajando para el lado más fuerte. Por una parte tenemos estos temas más rockeros y con esta cosa más fuerte o demandante de atención que tiene lo rockero, esto de escuchame. Y a la par de eso tenemos unos temas súper, recontra románticos, recontra dulces que es como un contrapeso de esto. Y el disco que se viene va a ser así, un poco bipolar en un punto”.

La Dulce se presenta mañana, a las 21.30, en Ciudad Vieja, calle 17 y 71. Invitado especial: Martín Buscaglia. Reservas al 452-1674.

Desde Montevideo llegan por primera vez a la ciudad presentando su segundo disco SED, producido por Martin Buscaglia y Gustavo Montemurro.

El grupo liderado por Samantha Navarro (con una prolìfica carrera solista en composición, voz, guitarra eléctrica y acústica)/ Mariana Vázquez (guitarras, acordeón, cavaquinho y voces)/ Andrea Viera (saxo, flauta traversa y voces )/Ana Claudia de León (percusiones, baterías y voces)/ Eduardo Yaguno (bajo).
www.myspace.com/ladulceuy

Fuente: Hoy

Candombe del 25 en la ciudad de La Plata

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPIRP2VUDyM0rAw0Zow_X-8tEeVR9S1tlBgPd4i2jSU2fzOy4jdnx_eda1c8iJXRerxkI1GEeJTcGOWUWeHfDQJNyLnpRFcwaBR2bELVtvmF5skC8eA_JUM-gTcN1N9rCyGGnqFlknj9U/s1600/31.jpg

domingo 23 - 15 hs. KERMES en El Galpon de Tolosa
lunes 24 - 15 hs. DESFILE DE 17 COMPARSAS x calle 3 desde 528 hasta 521
martes 25 - LLAMADA INTERCOMPARSA desde El Galpon de Tolosa hasta la plaza de tolosa.

Organiza Comparsas de Candombe de La Plata y Ensenada

"Nos jodieron la acústica del Teatro Colón"


por Roberto Blanco Villalba

Macri prometió abrir el Colón para el Bicentenario y cumplió. Debía cumplir. Le urgía cumplir. Necesitaba imperiosamente cumplir. Ante la casi total inercia de su gestión y de los diversos cuestionamientos que se le hacen desde diversos sectores, la apertura del Colón era casi su única carta de triunfo para mostrar la efectividad de su gestión. Sabemos que los medios pueden hacer maravillas a partir de un único dato. ¡Imaginate lo que podrán hacer con todo un teatro!.

Anoche estuve en una función especial con la Coral dirigida por Vieu y pude apreciar el resultado final del trabajo en la sala, foyer y salón dorado. El Colón está limpio, tan limpio como nunca debe haberlo estado, tan limpio que parecía un aviso de televisión de algún producto de poderosa limpieza profunda, tan limpio que el exceso y brillo de los dorados podrían casi cegar. No sé si fui claro. El Colón está limpio, pero por lo que respecta a lo que se ve,sólo eso: limpio. Lo viejo sigue mostrándose viejo y en aquellos lugares donde no se pudo limpiar no se restauró. No sé que se hizo dentro, pero dos años y cuatro meses para sólo limpiar me parece un despropósito –uno más cargado a la cuenta de aquellos que no toman conciencia de que están para servirnos y no para que les banquemos sus caprichos o aspiraciones políticas-.

Hasta aquí todo entra dentro de lo anecdótico y pasaría por ser otra avivada más de otro gobierno que no pasará a la historia. Lamentablemente Macri pasará –por más que le tire la pelota a gestiones anteriores- como el jefe de gobierno –la minúscula es adrede- que reabrió el Colón. Y más aún, el que le jodió la acústica. Sí la vieja y casi mágica acústica del Colón no existe. Ese peculiar redondeo del sonido, esa extraña cualidad que no encontré en ningún otro lugar del mundo de embellecer lo que suena no estuvo presente. Estando sentado en platea al fondo del extremo izquierdo -uno de las mejores ubicaciones para apreciar la orquesta- pude comprobar que el sonido es bastante brillante y seco –un poco como el del Avenida-.

Además los distintos sectores de la orquesta no amalgaman y, por lo tanto, suenan como yuxtapuestos y hay un cierto desbalance a favor de la mitad izquierda de la orquesta –con respecto a mí- que no debería existir a partir de la décima fila cuando mucho. Me dijeron que era muy probable que esa fuera la acústica “original” y que en las pruebas no se registran problemas de ningún tipo. O sea que un aparato o los cálculos de un ingeniero invalidan los hechos. Además varios de los intérpretes me comentaron que el retorno al escenario fue diferente durante el ensayo –con la sala vacía- y la función. Y esto no ocurría antes.

No te escribí ayer porque la indignación, la bronca y la angustia me habrían hecho desbarrar. No encontré a un solo músico que haya estado en el escenario ni a una solo autoridad que lo ignorase y lo peor es que nadie se lamentó. Presentan varias y vagas explicaciones y algunos demostraron una supina ignorancia diciendo que no hay lugares sordos, ¡como si se tratase de eso!.

Lamentablemente nuestra tilinguería cultural –que es demasiada-, los nuevos ricos y buena parte del infame y venal periodismo top aplaudirán la reapertura sin ningún tipo de cuestionamiento y Macri se llevará su carta de triunfo. Pero a nosostros –al público, a los contribuyentes, a los dueños del teatro- y a la posteridad nos jodieron la acústica, nos jodieron el Colón.

Un abrazo,

Roberto Blanco Villalba
(Docente, compositor, musicólogo y crítico musical. FM Radio Cultura)
Facebook | "Nos jodieron la acústica del Colón", por Roberto Blanco Villalba

Fuente: http://www.encontrarse.com/

La reina de la cumbia colombiana

"La música no tiene fronteras", dice Totó Foto:LA NACION / Maxie Amena
Totó la Momposina, una de las atracciones de los shows gratuitos por el Bicentenario

La artista que encandiló al mundo con sus ritmos folklóricos y bailables llega por primera vez a Buenos Aires

Escucharla hablar es como escuchar la voz de la naturaleza en primera persona. Totó la Momposina, hija de ese Edén situado en la costa colombiana y quinta generación de artistas, es la voz de la cumbia. Pero es mucho más que eso. Es un ser espiritual que resuena con la madre tierra y en su canto refleja al continente amerindio y la unión con otras culturas folklóricas. "Colombia es un país que afortunadamente tiene una inmensa mezcla de culturas, porque estaban los indígenas y después llegaron los africanos con sus diferentes etnias que entraron por el Atlántico y el Pacífico. Ese Edén tiene muchísimos sonidos a los que entrás por las quenas, las gaitas, las flautas, que están acompañados por los tambores de Africa y que hace que ésta sea siempre una música nueva y fresca. Yo no inventé nada, solo estoy mostrando toda esa identidad", dice la colombiana, una de las sorpresas de los shows del Bicentenario.

Con sus sesenta años, anda ligera, liviana como su música, con la risa caribeña a flor de boca y un sentido sagrado de la música y la vida que pregona. "Tu tienes que entender para qué viniste acá, porque cuando vuelves arriba ellos llevan la cuenta de todo lo que hiciste. Si hiciste el mal y no cumpliste para lo que te mandaron otra vez pa? la tierra te mandan", le dice a una asistente local, que la mira absorta con ojos abiertos.

Su misión fue cantar, desde que vino al mundo. "Mi familia y mi madre vienen de una familia de músicos y cantadores. Mi bisabuelo tenía un teatrino en Mompot, mi abuelo dirigía una banda y ellos me transmitieron y enseñaron todo lo que sé. Por eso, tengo las cuerdas en mi grupo, el clarinete que tocaba mi abuelo y a través de mi mamá recibí la escuela de las gaitas y los millos. Entonces comencé a utilizar esa información y proyecté toda esa amalgama de instrumentos en el sonido de nuestro lugar."

Con la cumbia "El pescador", Totó la Momposina se transformó en 1993 en una de las estrellas del sello Real World de Peter Gabriel y de los festivales alrededor del mundo como el Womad. Con siete discos editados ?su último trabajo lanzado este año se llama La bodega? consiguió que su música fuera común a todos los idiomas y todas las culturas. Dice: "Los cantos que yo muestro son cantos de labor, lo que hace la gente del campo, que es igualita en el Polo Norte que en el Polo Sur. La actitud de sembrar y cosechar es la misma en todas partes del mundo. El sentimiento y la música no tienen fronteras".

?¿Qué filosofía encierran esas músicas de su tierra?

?La música de Oriente es una música que se desarrolló en los templos. Mientras que la de nosotros se desarrolló en el campo. Pero eso no quiere decir que no se adore al sol, a la luna o no se hable a las estrellas. Nuestra música y danza son imitaciones de la naturaleza. Si eres esclavo gesticulas hacia abajo levantando los pies y si eres libre, gesticulas mirando para arriba hacia el sol. Así de simplecito".

?¿Cómo descubrió que había venido a este mundo a cantar?

?Apenas uno tiene raciocinio se empieza a preguntar: ¿quién soy yo?, ¿para qué estoy aqui? Alguien tuvo que mover esa varita mágica para que existan los cuatro elementos naturales, como el aire, la tierra, el agua y el fuego. Cuando te hacés esa pregunta tienes que descubrir la verdadera esencia de lo que uno es. No es solamente que vienes con el don de cantar, sino que hay algo más.

Es la primera vez que Totó la Momposina viene a presentarse en el país y siente un buen augurio. "Nunca me había aventurado a esta región y apenas llegué escuché los tambores indígenas que estaban sonando. Lo sentí como un recibimiento y una llamada. El tambor es el instrumento del corazón del continente americano y la herencia que recibió del viejo continente. Es un sonido que no tiene ni fronteras, ni colores, ni distinción de clases sociales. Cuando escuchamos su sonido tenemos que arrodillarnos ante su convocatoria. No podemos negar nuestros ancestros".

Shows gratuitos

  • La agenda de recitales gratuitos en el Escenario de la República montado frente al Obelisco no nos dará tregua. Hoy, en el tributo a la música latinoamericana estarán, a partir de las 20, Totó la Momposina, Jaime Roos, Los Jaivas, León Gieco, Gilberto Gil, Víctor Heredia y Pablo Milanés. Mañana, desde las 19, habrá tango con la Orquesta Bicentenario, y a las 21, figuras del folklore como Soledad, Chaqueño Palavecino, Jaime Torres, Gustavo Santaolalla, Los Kjarkas, Liliana Herrero y Peteco Carabajal, entre otros.

Gabriel Plaza

Fuente: La Nación

Música nada infantil

Barrilete de canciones es el nuevo trabajo de la cantante y compositora Magdalena Fleitas, 28 tracks para chicos que ayudan a repensar la calidad sonora en el género musical, con invitados especiales de la talla de Fito Páez e Iván Noble, entre otros.

Por Guadalupe Treibel

Para la cantante Magdalena Fleitas, los chicos son cosa seria. Desde su jardín alternativo con orientación artística –Risas de la tierra– estimula la canción como forma de decir. Nenas y nenes de 1 a 4 años, agradecidos. “Pocos educadores hablan del valor de generar el juego por el juego en sí mismo, de que la alegría de compartir a través del arte te hace mejor persona. Sólo hablan de generar conocimiento cuando, en realidad, el conocimiento siempre llega con las buenas experiencias”, explica sobre el ABC que la tiene en marcha. Y muy ocupada. Porque además de dar puerta a un nuevo ciclo lectivo, acaba de lanzar Barrilete de canciones.

“Yo tengo un caballito blanco / que todo el día quiere galopar / Cuando paso por su casa / le crecen alas y echa a volar”, saluda desde “Mi caballo” la –también– musicoterapeuta y docente que tardó dos años en sumar este larga duración a sus dos trabajos previos, Risas del viento y Risas de la tierra. “Es el disco que más se aleja de mi trayectoria y, a la vez, el que le aporta un matiz nuevo al permitir registrar lo que pasa a mi alrededor”, asegura la artista. Es que el LP es producto del repertorio del jardín, con el aporte en voces y composiciones de maestros y chicos.

Como bonus, suma artistas invitados que pusieron su granito de arena desde la interpretación o con temas propios. “Todos, salvo Luis Pescetti, mandaban a sus hijos a mi jardín”, cuenta Fleitas sobre el cómo-se-conocieron-y-engancharon-con-la-idea. Así, además del responsable de la canción “Toc Toc”, aparece Fito Páez y le canta al invierno; Palo Pandolfo, a los sapos; Kevin Johansen, a los días; Iván Noble, a la rebeldía. ¿Otra colaboración estelar? La de los alumnitos, tan protagonistas como el resto del dream team musiquero.

Y aunque Magdalena adelanta que ya hay material listo para un segundo disco grupal, asegura que seguirá la saga “Risas”, más abocada a las sonoridades folklóricas: “Quiero continuar viajando e investigando. Además, tengo dos ‘Risas’ pendientes: del sol y del agua”. En honor a la verdad, Fleitas es una gran viajera, una buscadora de sonidos autóctonos “sin ponerse en personaje gaucho ni urbano”, como ella misma aclara. “He recorrido Argentina y Latinoamérica, bajando dos o tres días en escuelas rurales, haciendo intercambio espontáneo con la gente del lugar. Me encanta porque le quita solemnidad a la educación. Por eso llego sin avisar, con mi mochila y un grabadorcito. Es tarea de uno ir construyendo el propio folklore”, reconoce.

“Cada canción te abre a toda la cultura de un pueblo. Los chicos preguntan qué come un nene de cinco años de Tilcara que canta una copla, qué hace, por qué habla así; y una le responde práctica y visualmente, sin dar teoría”, explica Fleitas. Y agrega: “También es bueno para ellos escuchar música clásica por el matiz poético y sutil, suave. La riqueza está en la variedad”.

¿Heavy metal también? La cantante y compositora no duda... “Lo que el maestro ama y puede transmitir con pasión es bueno. Así, demuestra que los adultos no somos seres moldeados y aburridos que cumplimos rutinas. Somos seres que seguimos buscando una buena vida y queremos compartir lo que nos gusta. Lo importante es generar climas propicios para escuchar, jugar, bailar, descansar. Todo eso necesita un sonido, una estética, un olor. No digo que tenga que ser pulcro; tiene que ser bello. Hay que saber ambientar musicalmente los momentos, aunque sea con silencio.”

La experiencia le ha dado a Magdalena una bandera como máxima: “No infantilizar la música”. Y su cancionero responde a ese ideario. “Durante años, hubo un mal concepto de música para chicos, con gente que se limitaba a usar un tecladito que imitaba el sonido de instrumentos y tocaba el Payaso Plim Plim. Eso empobrece. Es importante arreglar bien una canción, darle un concepto al sonido”, explica ella. Sobre la distinción “canción para grandes” y “canción para chicos”, la artista reconoce una diferencia en la poesía y las temáticas: “El mundo se complejiza con la edad. Por eso, uno cuida el lenguaje. Pero la música es música para todos, aunque algunas sean más sencillas y memorizables”.

Pero el otrora “género menor” ha ganado adeptos y la oferta hoy se muestra diversa y respetuosa. ¿Por qué el cambio? Fleitas ofrece una respuesta: “Antes había una jerarquía que alejaba el mundo de los adultos del de sus hijos. Entonces los chicos tenían que acomodarse y, a la vez, armar tribu por cuenta propia. Ahora, los padres están fascinados viendo a sus hijos dar cada paso. Tienen la mirada con lupa y redescubren cómo es ser niño, querer jugar, explorar, expresarse. La música es un recurso maravilloso para acompañar ese proceso”. Y desde su jardín Risas de la tierra, Magdalena comprueba ese interés cada viernes, cuando la institución ofrece recitales temáticos (clásica, folklore, canciones de amor, del túnel del tiempo) y mamás y papás participan, viendo a sus hijos rockear. “En general, las escuelas son excluyentes. Hubo que aprender a estar con padres en las salas, a organizar una dinámica buena para todos”, aclara.

Lejos la génesis del proyecto, cuando Fleitas iba con su bolsa de títeres, espuma, guitarra y telas a casas y grupos barriales. Claro que ésa fue semilla y Magdalena no se olvida. De ahí que su espacio funcione como centro cultural después de las cinco de la tarde, con talleres de circo, clown, pintura y música para todas las edades. O la propuesta de volver el lugar una ONG y ampliar el target que accede a la propuesta: “Estamos en Palermo y la cuota es alta. El perfil de las familias es más bien exclusivo. Por eso queremos, con ayuda de empresas y sponsors, salir a las plazas, los hospitales, hacer intervenciones urbanas y compartir en familia".

Fuente: Página 12

"Somos una banda de culto"

La histórica banda argentina va al Luna con invitados de lujo y prepara el lanzamiento de un material bautizado "Los chicos quieren rock 88-09", un CD-DVD que plasma nada menos que dos décadas de trayectoria en el rock nacional

Ratones Paranoicos volverá esta noche al Luna Park para presentar en vivo su disco homónimo, con invitados de la talla de Luis Alberto Spinetta y Charly García. Pero, además, el grupo lanzará en los próximos días "Los chicos quieren rock 88-09", un CD-DVD que plasma nada menos que dos décadas de trayectoria. ¿Cuál es el secreto de tan larga e intensa carrera? "Somos una banda de culto pero no nos ocultamos", afirma su indiscutido y ocurrente líder Juanse.

El show del Luna Park será el último en el ámbito porteño y sus alrededores con motivo de la presentación del disco "Ratones Paranoicos", dado que después la banda se abocará a compromisos tanto en el interior del país como en el exterior.

Y además de tocar los Ratones tienen planeado grabar un video bajo la dirección de Fito Páez. "Ya está la idea; sólo resta compatibilizar tiempos porque estamos cruzadísimos", explicó Juanse sobre el inminente clip del tema "Manicomio".

Es que, con tal multiplicidad de actividades, los tiempos no dan. Aunque Juanse -Juan Sebastián Gutiérrez, voz y guitarra- y el resto de Ratones Paranoicos -esto es, Pablo Memi en bajo, Pablo "Sarcófago" Cano en guitarra y Rubén "Roy" Quiroga en batería- intentan cumplir con todos sus compromisos y, sobre todo, cumplir con su fanático público.

- ¿Están por grabar un video con Fito Páez como director, a la vez que ensayando para el show del Luna Park y preparando el lanzamiento de un disco grabado en vivo, ¿cómo hacés para cumplir con tantas actividades?

- "Tiene que ver con la relación que tengo con la música. Me gusta hacer música y esa es la base para que pueda hacer lo que sea y que me den los tiempos para todo. Además, hoy en día, Pablo (Memi) está a la altura de las circunstancias. No siento que estoy solo, él se ocupa por ejemplo de todo lo que es imagen en los shows y eso me quita mucho trabajo, y puedo abocarme más a lo estrictamente musical".

- ¿Cómo será el show del Luna Park? ¿Te a un placer especial tocar con la formación original?

- "Tocar siempre es especial para mí pero hacerlo con los miembros originales de la banda es más que especial. Además, y eso más lo tiene que tener en cuenta el público, es el último show que hacemos en Buenos Aires y alrededores en mucho tiempo. Tenemos fechas en el interior y en el exterior pero va a pasar mucho hasta que toquemos nuevamente en Capital, que ya será con un mega espectáculo".

PARTE DE LA RELIGION

- Y será más especial si se tiene en cuenta que entre los invitados figuran Luis Alberto Spinetta y Charly García

- "Tanto Luis como Charly son personas que quiero mucho y tengo muy dentro mío en lo musical. Nos unió el camino de la música. Me parece no haberme perdido un show de Invisible y, en cuanto a Charly, lo conozco hace más de veinte años, cuando estaba en su enorme momento con "Parte de la religión". Los dos nos ayudaron a los músicos de rock nacional a tener una presencia que no teníamos. Cuando uno piensa en estos músicos de inmediato aparecen sus canciones; uno las tiene grabadas muy adentro. Y lo mejor de todo es que me une a ellos una relación que no es cholula, porque me tratan como a un igual".

- Hablás de Spinetta y de Charly como referentes. ¿Qué se siente ser tomado, a su vez, como referente por otros músicos?

EL CULTO DE LO COTIDIANO

- "Con Ratones Paranoicos nuestra actividad musical pasa por un lugar muy particular. Somos una banda de culto pero no nos ocultamos. Somos el culto de lo cotidiano. Tanto como para tener récord de shows realizados. Claro que, así como la banda tiene formado su circuito, también tiene su cortocircuito. Pero todo hay que saberlo capitalizar. Ahora, por ejemplo, vamos a tocar en el mismo Luna Park que está sonando tan mal".

- ¿Lo decís por las visitas extranjeras que hubo últimamente en ese estadio?

- "No soy racista pero no soy estúpido".

- ¿Y el público? ¿Es estúpido?

- "Hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo sufrimos un gas anestesoide".

Fuente: El Día

La música de Buenos Aires en 1910

Una ciudad de inmigrantes que se sueña cosmopolita. Bullicio en las calles y mercados. Payadores, tangos, óperas y música en vivo. Un viaje en bicicleta por los sonidos de la urbe del Centenario.

Al pasado se puede viajar de muchas maneras. Obviamente, clase turista es la más divertida. Y no hay clase más turística que la que ofrece una bicicleta. Ahí está, esperándome, la bicicleta de Angel Villoldo, el primer autor y compositor famoso identificado con la nueva música popular. Lo de la bicicleta no es exactamente una expresión figurada: unos meses antes del cumpleaños número 100 de la Patria, Angel Villoldo le dedicó una canción al instrumento de dos ruedas: "Por la tarde yo me monto,/ Y más ligero que un rayo, / Voy a lucir este cuerpo / Por la Avenida de Mayo. / A Palermo, muy temprano, / Los domingos suelo ir,/ Y se quedan embobados / Muchos ciclistas que hay por ahí (.)".

Hablamos de un autor canónico, el de "El choclo", "El porteñito" y "La morocha". Pero Villoldo también escribió las primeras canciones porno de la Argentina moderna. Canciones dedicadas al culo, la concha y la pija -esos son los vocablos que empleó don Angel- que harían ruborizar al más zarpado autor de cumbias de 2010. Por algo lo llamaban "Lope de la Verga". En síntesis, hubiera sido un cicerone perfecto para conocer la Buenos Aires de 1910. Lamentablemente, él ya no está, murió hace una eternidad. Pero nos queda su bicicleta. Programamos la máquina del tiempo para unos días después del 25 de mayo. Para entonces, la Infanta Isabel ya habrá partido de regreso a España. También las decenas de delegaciones internacionales que llegaron para festejarnos en la Exposición Internacional habrán regresado a sus hogares. La ciudad habrá recuperado su ritmo habitual, que no es menos trepidante que el de la fiesta cívica, aunque quizá sí más auténtico.

Salimos temprano, cuando la ciudad se despereza. Los pregones, sones y silbatos de la calle le ponen vida al centro porteño. Subiendo por Corrientes, calle de recién adquirida importancia, llegamos hasta el Abasto. Todavía no es "el barrio de Carlos Gardel". Preguntamos por un francesito que canta tangos, y razonablemente nos informan que al tango sólo se lo baila, salvo alguna que otra letrilla obscena. ¿Gardel? No lo conocen. Un estibador recuerda, sí, a Carlitos Gardés: un pibe fanático de la ópera y los estilos camperos, que supo andar por el barrio, siempre en trifulca, para desconsuelo de su madre de Toulouse. Hace tiempo que no oyen hablar de él.

En el mercado nos mareamos con tanto bullicio: idiomas cruzados, Babel en Buenos Aires. Ruidos y voces se confunden con las bocinas de los tranvías y los alertas de sus mayorales, a la hora pico: el mediodía. Todos apuran el paso. Cerca de las iglesias, si coincidimos con alguna fiesta patronal, veremos y escucharemos coros de monaguillos voluntariosos, con más talento para el rezo que para la música.

En ámbitos profanos, en cambio, la Banda de la Policía pone la nota alegre. Si bien reprime sin asco cuando el poder político se lo pide -en el 10 se alertan varios atentados anarquistas-, la policía aún no está tan desprestigiada y "la Banda" suma un poco de entusiasmo en las plazas y paseos de la ciudad. Por lo demás, músicos de futuro promisorio encuentran un trabajo estable en la banda de los uniformados.

Tampoco faltan los orfeones gallegos que empiezan a ensayar para alguna fiesta de fin de semana. Y menos fácil será evitar a esos conjuntos de instrumentales criollos, españoles o de cualquier otra "minoría". Justamente, recordamos que el musicólogo Juan María Veniard nos recomendó, poco antes de que subiéramos a la bicicleta, no perdernos las orquestas de alemanes, que más que orquestas son combos de cinco a ocho integrantes, con clarinete, flauta, trompeta, tuba y demás.

En lo que concierne a los conjuntos españoles, éstos son casi tan argentinos como los criollos, salvo que en lugar de dos guitarras prefieren matizar las seis cuerdas con una bandurria. Así, brindan serenatas en los balcones de las niñas del patriciado, vieja costumbre que se mantendrá unos pocos años más.

Lejos del Centro -es decir, ahí nomás, en Balvanera o San Cristóbal- se puede ver a muchachos que bailan tango entre ellos, con mucho corte y quebrada. Así se preparan, desde temprano, para sacarle viruta al piso en la noche de garufa. La gente que pasa los mira con simpatía (algunos) y desconfianza (la mayoría). Es hora de trabajar, y estos compadritos, siempre sospechados de cafiolos, parecen no tener otra cosa que hacer que bailar tango. Si hasta bailaron el 18 de mayo, cuando el cometa Haley hirió el cielo porteño. Bailan al compás de un organito, o con algún amigo que puntea la guitarra para ellos. De no ser así, ¿cómo escuchar música en un tiempo de muy escasos medios de reproducción, cuando predominan los sonidos "reales" sobre los virtuales?

Obviamente, en 1910 no existe la radio, los gramófonos tienen bajo volumen y los altavoces brillan por su ausencia. La gente canturrea y silba temas criollos, o versos sueltos de algún canto por cifra. ¿Quién no ha visto en la ciudad a los payadores con sus guitarras a cuestas, actuando en el circo criollo o en las romerías? José Betinotti y Gabino Ezeiza son leyendas vivientes, y como tales despiertan tanto fervor en la ciudad como en la campaña.

Así estamos, vagando por la ciudad de las músicas matinales, cuando en el reloj de una confitería de calle Esmeralda dan las 13 horas. Nos dicen que, por decreto municipal, ha llegado el momento de la siesta. Hay que dormir o callar; frenar el ritmo urbano hasta su manifestación mínima. Silencio de día: qué curioso espectáculo mudo.

Finalizada la siesta, pedaleamos hasta una academia en la calle Lavalle. Las academias son verdaderas escuelas de baile. Como los cafés con camareras, resultan ser sitios un poco dudosos. Eso que vimos bailar en la vereda, con los compadritos inventándose los pasos que lucirán a la noche, se repite en la Academia. Hay chicas contratadas por y para el baile. Llegado el caso -mala época para que las chicas anden solas o entre varones-, las compañeras de tango deberán prestar otros servicios, como los que tantas polacas, francesas y criollas ofrecen en las casas de tolerancia.

En el salón principal hay un gramófono a manivela con las últimas novedades musicales. Generalmente, una muchacha bonita se sienta juiciosa frente al aparato y dale que te dale con la manivela. Por suerte, el dueño compró los discos con "Rodríguez Peña", de Vicente Greco, y "El amanecer", de Roberto Firpo, los mayores éxitos del año. Se dice que acaba de nacer la orquesta típica de tango. Muchos se preguntan si tendrá futuro.

El gramófono (con discos planos) empieza a quitarle espacios al fonógrafo (con rollos de cera maciza). Para decirlo en términos actuales: dos soportes se disputan la vanguardia de la tecnología de sonidos. El disco lleva las de ganar. No sólo porque es más ubicuo y fácil de maniobrar, sino porque es menos costosa su producción. Mientras que para producir una tirada de quinientos cilindros hacen falta más de veinte grabaciones del mismo tema, al disco se lo graba de una sola toma, y de ahí se pueden prensar miles de unidades. También en el tiempo almacenado el disco inventado por Berliner aventaja al cilindro de Edison: tres minutos para el primero, sólo dos para el segundo. No otra cosa que la tozudez del pionero norteamericano explica que, aún en 1912, se sigan comercializando cilindros. Para los aficionados de 1910, el disco de laca de 78 revoluciones por minuto es el porvenir.

Las victrolas -la marca Victor deviene gentilicio, así de hegemónica es su presencia- son artículos de lujo, no cualquiera las tiene. La Academia de Lavalle, sí, y seguro que también el joven Alvear y el joven Güiraldes y el joven barón de Marchi, todos audaces promotores del baile del tango. Pero en las calles porteñas se imponen los órganos y los organitos. Ambos funcionan con rollos, a la manera de la pianola. Los primeros son grandes y pesados, y correrán una suerte similar a la de los fonógrafos.

Por su parte, los organitos -organillos, exclaman los más castizos- son muy populares. Suelen avanzar tirados por un viejo matungo o directamente por el dueño, un italiano al que, por lo que se ve, le está costando bastante "hacer la América". Algunos organitos portan en su parte trasera una cotorra que saca con el pico papelitos de la suerte. ¿Qué sale de los rollos de esas máquinas parlantes? De todo un poco, como en botica. Puede ser un fragmento de zarzuelas (La verbena de la Paloma), alguna marcha de Philip Sousa, viejas polcas, valses y mazurcas o un tanguito con regusto de habanera. Como el afilador con su silbato y los vendedores ambulantes con sus recitativos comerciales, el organito esparce música por veredas, plazas y patios porteños. Casi nos lo llevamos puesto con la bicicleta de Villoldo; hay que andar con cuidado, el tránsito en Buenos Aires es un infierno.

A la hora del vermú, paseamos un rato por el Paseo de Julio (hoy Paseo Colón), y quedamos hipnotizados por la cantidad de música de cantina que marineros de todo el mundo entonan a pleno pulmón. Ingleses, irlandeses, alemanes, norteamericanos. Cada cual recuerda su terruño con una canción a flor de labio. Lo mismo debe estar pasando en La Boca, imaginamos. Pero es la hora del té, no de la cerveza. ¿Qué tal un té danzante? Estacionamos la bici en la puerta de La Confitería del Buen Gusto. Del interior salen los vestigios de un ragtime aporreado por un pianista desconocido. Esa música, prehistoria del jazz, también se deja oír en 1910, si bien con cuentagotas, como una excentricidad de jóvenes snobs. No identificamos al pianista, que parece ser diestro en otros géneros. Lo mismo puede decirse de las incontables señoritas de buenos hogares que despiden el día tocando el piano vertical, símbolo de una clase media que se va destacando en medio de la aventura inmigratoria. Con esta costumbre en crecimiento, es lógico que la edición de partituras sea un buen negocio. Ya hay editoriales en ascenso, como Breyer, Hartmann, Rivarola, Balerio, Neuman... Varias de esas firmas se instalan en la calle Florida, la más musical de las calles porteñas, si de música de salón hablamos. Según investigaron Hugo Lamas y Enrique Binda, hacia 1905 hay en Buenos Aires 49 casas editoras de música, 8 de propietarios argentinos y 41 de extranjeros. Se calcula una venta anual de medio millón de copias pentagramadas. La cifra impresiona: pertenecemos a una época que ha vuelto a ser analfabeta en términos de lectura musical.

Cuando la luz natural empieza a retirarse, la ciudad disminuye sus decibeles. Pasamos con la bici por la puerta del teatro Avenida. Los españoles aplauden una zarzuela. Desde hace algunos años, con el llamado "género chico", las zarzuelas duran menos que antes. Los trabajadores y empleados pueden ir directamente del trabajo al teatro y volver a sus casas sin que se les haga demasiado tarde. Quizá la única temporalidad del siglo XIX que permanece invicta, con sus escenas y actos concebidos para una paciente delectación, sea la de la ópera. Y la ópera vive de noche.

A dos años de la inauguración del Teatro Colón, la ciudad rebosa de ópera. Hay salas para elegir: San Martín, Opera, Politeama, el nuevo Colón. En éste, con la presencia del presidente Figueroa Alcorta, la noche del 25 de mayo de 1910, Rigoletto regresó a Buenos Aires en las voces estelares de Giuseppe Anselmi, Graziella Paretto y Titta Ruffo. ¿No es eso lo más argentino del mundo? Una ópera clásica en la París del Plata. Sin embargo, este mismo año, Alberto Williams les recomienda a los jóvenes compositores argentinos "argentinizar sus tendencias", ir al folclore de las provincias en busca de inspiración. Su prédica, por ahora, no tiene mucha influencia.

Ciertamente, muy pocos tienen acceso al abono del Teatro Colón y su "temporada lírica oficial". Quizá tampoco sean muchos los entendidos en la tetralogía de Richard Wagner. Pero en una población fuertemente modelada por el gusto itálico, es lógico que la ópera llegue a las "masas", al menos en sus fragmentos melódicos más característicos. Hay que recordar que más de la mitad de la población porteña es inmigrante. Que más de la mitad de todos los inmigrantes son italianos. Y que más de la mitad de los italianos sabe de Verdi como nosotros, gente del siglo XXI, sabemos de los Beatles.

Una prueba del conocimiento que la gente tiene de ópera lo brinda periódicamente el teatro Marconi, en el barrio de Once. Allí acuden, como en un Cantando por un sueño, trabajadores del mercado central y comerciantes del barrio, prestos a probar suerte entonando un aria de Tosca o el canto de muerte de Madame Butterfly. El premio serán los vítores y aplausos de la popular. Y el castigo, la fruta y la verdura que esa mañana sobró en el Mercado.

Sin bajarnos de la bici, visualizamos los afiches que desde las puertas del Colón y de otros teatros líricos anuncian los títulos de temporada: La Traviata, Otelo, Cavalleria rusticana, Pagliacci... En fin, lo de siempre: los tanques del género, los títulos taquilleros. En el gusto operístico el tiempo no parece haber transcurrido. O peor aún: en esos días no era tan improbable el estreno de alguna ópera de autor nacional como lo es hoy, abril de 2010. Poco antes de que nuestra bicicleta arribara se estrenó Aurora de Héctor Panizza. ¿No saldrá de ahí la canción de la bandera? Si la habremos cantado en la escuela. Es una gran melodía, diríamos más linda que la del Himno.

Pedaleamos rumbo a Palermo. Ahí nos aguardan la noche y la trasnoche prohibidas. Cerveza, tango y mujeres "que dan la lata" entretienen a la jauría de hombres solos, en una ciudad socialmente diversa y sexualmente desproporcionada. Tocan tríos. O pianistas como el Negro Mendizábal, viejo putañero de las teclas. Eso es Palermo versión 10, pero podría ser La Boca, el Abasto o la esquina de Entre Ríos y Cochabamba. ¿Está naciendo el tango? Sólo tres años después, en el diario Crítica, un tal Viejo Tanguero ya se referirá a ¡la decadencia del tango!

Nos dormimos tarde, a la intemperie, bajo el árbol de uno de esos magníficos parques que lindan la ciudad por el norte. Con algo de resaca a cuestas, volvemos en dirección a Retiro, bordeando un río que aún se puede ver. Y al volver, recordamos nuevamente la canción de Villoldo, con esa bicicleta que corre más veloz que el tren. Es una hipérbole, claro. Además, en 1910 ningún sonido es más voluminoso, penetrante que el de una locomotora entrando a la ciudad.

Por Sergio Pujol
Fuente: RollingStone

Adriana Varela sumará a sus tangos reversiones de temas de rock

Hoy a las 21.30, en el Teatro Municipal Coliseo Podestá de La Plata

Después de la presentación realizada el sábado pasado en el Salón Dorado de la Gobernación, Adriana Varela vuelve a la ciudad de las diagonales para deleitar a los platenses con un repertorio de tangos y mixturas rockeras que harán vibrar las butacas del Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47), hoy a las 21.30.

En esta oportunidad el repertorio será distinto al ofrecido en su anterior show, pero obviamente estarán algunos clásicos tangueros como “Sur”, y "aquellos que la gente pida", anticipó a Diagonales esta artista que descubrió su pasión a través del Polaco Goyeneche la noche en que vio Sur.

–¿A grandes rasgos, con qué temas nos sorprenderá?

–Será una recorrida de todo mi repertorio y por supuesto que no puedo estar ajena a los pedidos a la carta. Lo particular que para esta presentación voy con una formación tremenda, tres guitarras, un bandoneón y un piano, que es una formación súper, y me da una satisfacción increíble porque son todos los colores de la música que a mí me gusta, lo tanguero, lo menos tanguero, lo rockero. En el Coliseo van a haber algunas ofertas de rock en tiempo de tango. Voy a abocar a algunos rockeros que son urbanos, como Fito, como Miguel Cantilo, como Alejandro del Prado, hecho en ritmo de tango, con el quinteto.

–¿Qué canciones está trabajando ahora?

–“Tumbas de la Gloria”, “Che, ciruja” y “Tanguito de almendra” que es con la que debuté cuando no cantaba tango, un tema de Alejandro del Prado. Y voy a seguir trabajando a medida que pasa el año sumando más homenajes a los rockeros urbanos.

–Pasó de seguir a los Rolling y Led Zepelling a inclinarse por el tango, ¿pensó alguna vez en volver a hacer un giro de este tipo en su vida?

–Ah sí, no sólo lo pienso sino como ya me pasó en mi vida los cambios, como que tengo encarnaciones en esta vida, o sea, soy maestra, fonoaudióloga, casada con un jugador de tenis, separada, rockera, tanguera, que no tengo derecho a decir no me va a volver a pasar. Ya me pasó, por lo tanto me va a volver a pasar.

–¿Alguna vez consideró salir del tango por completo?

–Sí, una vez me hinché las bolas y dije: “vuelvo al consultorio”. Y me dijeron: “bueno, te agarró la locura de vuelta”. Eso me pasó cuando me puse bastante fóbica en el 2003 después de la guerra. Tenía que viajar a Estados Unidos y decidí no hacerlo. Cuando decidí no viajar me dí cuenta que estaba con un ataque de pánico y decidí no ir. Ahí también me pasaron cosas de decir vuelvo al consultorio, me dejo de joder.

También me pasa con otras cosas, no sólo con la música, la búsqueda mía siempre fue sórdida, aparente, porque ni me doy cuenta qué estoy buscando, pero luego de un tiempo encuentro algo dentro mío que aparece, como apareció el Polaco cuando alquilé la película Sur. Yo sigo un camino que está trazado en algo no manifiesto, de golpe se produce.

–¿Se considera un prototipo del tango?

–No. No me puedo leer a mí misma. Lo que hago, lo hago porque necesito hacerlo, pero no me escucho. Escucho mis discos para ver cómo salieron, después no me divierte escucharme. Mi cotidianeidad no tiene nada que ver con el tango, mis días son anarcos, de no tiempo, mucha noche en mi casa, soy muy poca salidora. Recibo pocos amigos, miro muchas películas en TV. Me interesa mucho la comunicación, obsesionada con el tema de los medios, en esa frecuencia vivo con la obsesión. Mi vida cotidiana, es de una casa de mujeres, donde se fue el último varón que era mi hijo.

Me acompañan mi hija, mi asistente, mi ayudante, es muy libre en ese sentido, no hay que dar examen. Son días normales pero no pautados porque a mí me caga la vida. No puedo someterme al hábito o a la rutina.

–¿Entonces cómo lleva la rutina de la profesión con su no-programación?

–Me dediqué a los pacientes neurológicos, con compromiso en el lenguaje, a investigar estudiando psicoanálisis, y ejercí la fonoaudiología desde ese lugar. Sigo interesada desde el tema del lenguaje. No me siento una cantante todos los días, sino está el otro, la otredad, no hay hecho artístico, igual que en la terapéutica.

Fuente: DiagonalesJustificar a ambos lados

FEDERICO KEMPFF: Los caminos de la canción

Cada vez más cerca del folk y el "lado luminoso" de las cosas, el cantautor y sus Tarantinos acaban de editar "El lugar que nos espera para ir". Con las guitarras al frente, mucho oficio y pocas vueltas, el platense comparte micrófono con invitados de lujo -Facundo Soto y Manuel Moretti- para seguir dedicando melodías recordables a las rutas, el amor, la nostalgia y las almas sensibles.

"El lugar que nos espera para ir es un lugar ideal que uno se va haciendo en su cabeza... cuando conocí San Martín de Los Andes, por ejemplo, sentí una fascinación fuerte por ese lugar y por esa vida. No sé si hoy me iría para allá, pero es un lugar con el cual fantaseo todo el tiempo: el sur del país, nieve, montañas, lagos, no sé... dan una sensación de libertad y de otra clase de vida. Algo de eso hay en mis canciones y mis letras, imágenes que suelo usar como escapes de lo cotidiano, de lo gris de todos los días. Creo que ése es el lugar que me espera para ir".

Tanto en los '90 -con Dorian Grey y Siempre Lucrecia- como en el siglo XXI, en plan solista acústico o con los Tarantinos, Federico Kempff se jugó la ropa a traducir emociones complejas en un lenguaje sencillo y postales de tres minutos. Genéticamente identificado con el pop británico -de Teenage Fanclub a Adorable, de Oasis a Slowdive-, fue pasajero de experiencias electrónicas y rocanroleras, pero nunca bajó sus banderas. Ahora lleva en su mochila los manuales del folk, el boogie y el blues, noble biblioteca que lo guía en la búsqueda de la preciada atemporalidad en épocas en las que, pareciera, cada vez queda menos por inventar.

"Creo que en verdad siempre estuvieron presentes en mi gusto personal el rock y el folk... de hecho, muchas de las bandas de pop inglés que supe escuchar o escucho aún tienen como plataforma el folk" resume Kempff: "lo dark fue algo efímero, de los años de adolescencia, pero nunca fue demasiado fuerte en mí. Llámese americana, boogie o country, la canción es lo que verdaderamente me mueve".

El cantante considera que la transición entre el ecléctico debut solista "Tardes de sol" (2003) y el flamante "El lugar..." se dio de manera "más bien natural"; y aclara que "las diferencias que pueden existir entre el disco nuevo y el anterior no son fruto de una búsqueda consciente. Estuve escuchando muchísima música, y se fue haciendo fuerte la idea de profundizar la búsqueda de la canción que se insinuaba en temas de hace algún tiempo como 'Esperándote', la propia 'Tardes de sol' o 'Adónde', con guitarras acústicas al frente, bien folkies. La impronta densa, medio de los '70, que aparece por ahí en forma de blues, también estaba hace tiempo dando vueltas y ahora se plasmó".

"Mi próximo paso creo que irá para el mismo lado" adelanta: "las canciones nuevas que estamos tocando tienen mucho de este disco, pero hay una cosa aún más rockera; el folk y el country van tomando cada vez más forma, pero con mucho mas rock". Todo esto, claro, de la mano de los fieles Tarantinos -actual "backing band" y algo más-, que forman con Claudio "Caio" Cataniese (batería y coros), Fernando Torres (bajo) y Alejo Martino (guitarra eléctrica)... más eventuales invitados.

"Percibo un buen feedback entre nosotros y con la gente", se entusiasma Kempff: "creo que estamos en un buen momento en la ciudad, la gente que nos va a ver conoce nuestras canciones y la pasamos muy bien". No es poca cosa, con el rock local bajo la lupa y en boca de periodistas y sellos independientes porteños. "No sé qué bandas serán representativas hoy en la Ciudad" admite el ex Lucrecia: "en verdad, hay muchos grupos y es difícil saberlo. Don Lunfardo y El Señor Otario son parte importante de la escena, y a veces se los ningunea, ¿no? Y se hablan maravillas de bandas y 'gurúes' de los que no sé cuánto valen realmente. Pero bueno, esto es arte y el arte es subjetivo; yo tengo mis gustos y a veces distan mucho de ser políticamente correctos".

"El lugar que nos espera para ir" cuenta con la participación de Facundo Soto, cantante de Guasones, en la picante "Bailarina"; y de Manuel Moretti, frontman de Estelares, en la agridulce "Ella sabe todo". Kempff cree que "Facundo y Manuel representan la perseverancia y el ir por más, el tratar de llegar con lo que hacen, son buena gente y muy talentosa; la verdad es que fue un honor que aceptaran cantar conmigo. Somos de la misma generación, son dos grandes compositores y cantantes".

Escribiendo "desde las entrañas", el platense alude sin barroquismos a la amistad, los afectos familiares, el dolor y la redención cotidiana; la mayoría de las veces logra mantenerse a buena distancia de los lugares comunes. "No lo analizo, es lo que siento y lo escribo así" explica: "por supuesto se corre el riesgo de repetirse, pero hago lo mejor que puedo para no caer en lo trillado. Quizás vaya un poco a contramano... Digo, garpa más hablar de drogas, de sexo, qué se yo, de otras cosas. Pero mi realidad, mi inspiración, pasan por otro lugar. Las drogas y el sexo siempre estuvieron, ¿para qué seguir hablando de eso?".

"Entre las letras del disco, puntualmente, 'Cerca mío', me resulta muy significativa. Se la escribí a mi mujer una vez que ella estaba mal por una situación específica, extrañaba mucho el sur y a su gente, estaba viviendo acá y se sentía un poco sola... ahí surgió esa canción que tiene mucho de ir para arriba, para adelante, ser incondicional con alguien". La banda acaba de grabar un clip del tema, dirigido por Ricardo Monteoliva y Manuel Andia.

David Gray, Kings of Leon, The Killers, Jakob Dylan, resuenan hoy en un universo Kempff que evoluciona hacia sonoridades clásicas. "Igual, no reniego de nada en mi historia musical. Dorian Grey fue el comienzo de todo, y no hay mucho que agregar; una etapa de canciones oscuras, hoy estoy más del lado de la luz. Lucrecia es algo que quiero mucho, me dio muchas satisfacciones y la pasé muy bien con la banda; algunos temas mutaron un poco y quedaron en mi repertorio solista, como 'Tardes de sol', o 'Esperándote'. La letra de 'Ella sabe todo' es de 1996, la leí, me gustó y le hice la música. No hay problema con el pasado, pero hay canciones de años atrás que no me identifican hoy. ¿Si me veo tocando en 15 años? ¡Me veo tocando siempre, en 15, 20 o 30 años... hasta que dé el cuerpo!".

Francisco Lagomarsino
Fuente: El Día

Danza aérea y música en festejo del Bicentenario

El próximo domingo, a partir de la 18, tendrá lugar en Plaza Moreno, en la esquina de 12 y 51, uno de los actos centrales organizados en el marco de los festejos por el Bicentenario con entrada libre y gratuita. Se trata de un espectáculo en el que actuarán el grupo chaqueño de música étnico electrónica Tonolec, la Orquesta de Tango de La Plata y el grupo de danza aérea "Eleve".

Bajo el lema "Mirá para arriba (algo está por pasar...), el show de danza aérea tendrá decenas de artistas danzando en el aire y por las paredes de la Torre 1 de 12 y 51, transformando en un gigantesco y elevado escenario vertical en el que se plasmarán 200 años de historia nacional.

A través de los lenguaje físicos que proponen la danza y el movimiento aéreo, los artistas propondrán un recorrido histórico a más de 60 metros de altura.

La iluminación, el sonido y el movimiento de los bailarines acompañarán cada uno de los momentos históricos representados: La Revolución de Mayo, el Cruce de los Andes, el Golpe de Estado, La Guerra de Malvinas, la vuelta a la Democracia, entre otros.

Finalmente, "el espectáculo buscará resignificar la importancia de los valores que nos involucran como ciudadanos ayer, ahora y siempre: la unión, la confianza, el respeto, el amor, en las distintas circunstancias de la vida; con la clara intención de transmitir a nuestra comunidad y a la sociedad lo imprescindible de la preservación de estos valores en el transcurso del tiempo", aseguran los responsables del show.

Los artistas que conforman "Eleve" son bailarines y actores de las prestigiosas compañías argentinas "De la Guarda" y "Fuerza Bruta" y la madrileña "Ciadehecho". Este equipo se une para formar la primera y única compañía de danza aérea argentina dedicada a realizar espectáculos de gran formato sobre fachadas de edificios, utilizando la arquitectura como plataforma de expresión.

Fuente: El Día

"El Otro yo" en El Teatro Bar (43 e/ 7 y 8) de La Plata

Antes del show del sábado en La Plata, un mano a mano con Cristian Aldana

Una frase del poeta maldito Arthur Rimbaud le sirvió a los hermanos Aldana para bautizar a fines de los '80 a su proyecto musical. El Otro yo construyó su gran presente a partir de la independencia y la autogestión, camino que también supo transitar hasta el final de sus días Patricio Rey y sus redonditos de ricota. En 1994 editaron Traka Traka y algo más de tres lustros más tarde Ailabiu EOY, su flamante decimocuarto CD, que presentarán este sábado, a las 20, en el Teatro Bar (43 e/ 7 y 8). La ocasión servirá, además, para festejar la explosión de su sitio web (www.elotroyo.com) y el estreno del video "Siempre fui yo". Antes de su desembarco en La Plata, Cristian Aldana (voz y guitarra) dialogó con Diagonales sobre el presente de la banda, internet, los derechos de autor y la importancia de permanecer independientes.

“Estamos en el marco de una gira que se llama Ailabiu EOY 2010 hacia la quinta dimensión esperando el 2012. La gira ya estuvo por Rosario, por Córdoba, por Temperley, por Haedo. Estamos sumando shows, este fin de semana vamos a estar tocando en La Plata y en Olivos. La idea es presentar el disco y tocar otras canciones, ya que tenemos como 14 discos editados, así que vamos a hacer como una especie de selección de otros CDs y vamos a estar tocando un poco de cada uno de ellos. Así que además, vamos a estar recorriendo algo de la carrera del grupo”, comentó el cantante a modo introductorio.

–Al observar los discos de EOY y la página web, se descubre que le dan un lugar muy importante a lo visual, a la imagen, al arte de tapa.

–Para nosotros un arte de tapa es arte, por algo lo llaman así. Y a través de dibujos o o fotos se puede expresar lo que decís en canciones dentro del disco. En este CD trabajamos con Pablo Bisoglio, que viene trabajando con nosotros desde hace tiempo. Grabamos los demos, le llevamos el material y él empieza a trabajar en una idea de arte escuchando las canciones. Y después cuando nos reunimos con él, encontramos como imágenes del grupo de lo que queremos decir en las canciones.

–¿Y el sitio web?

–Con respecto a la página web, también tratamos de unir el diseño a lo que es el arte de tapa, pero sobre todo una de las cosas más interesantes de la última etapa es la incorporación de la red social dentro del sitio. Y eso desde el punto de la vista de la autogestión y de la independencia marca como un rumbo claro del grupo para generar dentro de la página una comunidad mundial. También estamos tratando de desarrollar nuestro propio canal de televisión, que se llama EOY TV, también está la radio, la gente puede subir fotos, videos, tiene un chat, se arman perfiles.

Es algo muy importante e interesante que te puede dar la tecnología, que también marca que a futuro la música tiene tendencia a ser independiente.

–Independencia que tienen ustedes desde hace más de veinte años…

–Tal cual. La autogestión y la independencia la venimos manejando desde hace mucho tiempo. Este año cumplimos veintiún años.

–¿Qué opinión tienen sobre la transferencia de música por Internet?

–A nosotros nos parece que está bueno todo ese tema, pero como que todavía se está armando. Me parece que cada canción que uno se baja de Internet, tal vez a veces en forma gratuita pero no legal, nosotros proponemos que las bajadas sean siempre de forma legal, porque atrás de esto hay un montón de gente que trabaja. Desde las personas que trabajan en un estudio de grabación, desde los músicos creando sus canciones, desde los músicos ejecutando las canciones, asistentes que arman todo para poder grabar, gente que trabaja en el mastering, productores que ayudan con la línea que le querés dar al disco, siempre hay un montón de gente trabajando. Por eso me parece importante que la gente tenga el concepto de que por cada título que baja gratis y de forma ilegal, está como destruyendo un poco el trabajo de toda esa gente.

Lo que sí está claro es que Internet y toda la red en este momento están como cuando inventaron el auto. No había patentes, ni había semáforos, ni carteles viales. Internet todavía es bastante anárquica, creo que naturalmente va a terminar ordenándose.

–¿Creé que el avance de la masividad de Internet y la transferencia de música puede llegar a terminar con el disco como objeto?

–Yo creo que va a seguir existiendo, y por ahora hay una resistencia para que no ocurra. Salvo que aparezca algún otro formato. Creo que va a seguir existiendo e incluso en lo que respecta a los Derechos de autor, todavía en Argentina la gente como que está muy atada al formato de disco físico. No es lo mismo para SADAIC editar una tarjeta digital que editar un disco compacto. Todavía seguimos, en lo que respecta a las leyes y todo eso, estamos atados al disco físico. Por eso me parece importante lo que es el desarrollo de la defensa de los derechos. Me parece que es un trabajo que tenemos que hacer entre todos para no destruir los trabajos de los creadores. Son años de trabajo.

–Se están cumpliendo diez años de aquella Gira interminable, que llegó hasta el estadio de Obras. ¿Son de mirar hacia atrás y recordar lo que hicieron?

–A pesar de los 21 años que tenemos de trayectoria, somos un grupo joven. Nos vamos renovando todo el tiempo con los discos. Todavía no llegó el momento de mirar para atrás y ver si lo que pasó nos pasó antes es mejor, por suerte todavía no nos tocó. Creo que cuando nos pase eso va a ser un bajón. Realmente creemos que este es nuestro mejor momento, hacer una gira con un nombre diferente a la que veníamos haciendo antes, nos pone como en un lugar nuevo, con un integrante nuevo dentro de la banda, con un montón de proyectos, y con ganas de seguir adelante y seguir tocando en vivo, que es la cosa más linda.

Fuente: Diagonales

Doce percusionistas platenses harán vibrar la Vieja Estación

Julieta Ronchetti, habló sobre la tercera función en ese escenario las 23.30, en 17 y 71

"Es la tercera y última presentación del ciclo que llevamos a cabo en la Estación Provincial (17 y 71) y lo cerramos mañana (por hoy)", adelantó Julieta Ronchetti a Diagonales, integrante del grupo Vibrá! donde doce percusionistas improvisan en tiempo real a través de un sistema de señas comandado por Ariel Pozas.

“En realidad estamos tocando desde que arrancamos en formato de ciclo, es la idea nuestra de tocar lo más seguido posible en el mismo lugar. En febrero y marzo estuvimos en el Islas Malvinas tocando”, continuó la representante de la conga del grupo.

–¿Por qué ese formato de ciclo?

–Nos gusta tocar seguido y además da entrenamiento al grupo, esa es la idea. Cada vez hay más público y está bueno presentarse así.

–¿Qué diferencia ésta presentación de las anteriores que han realizado?

–Más o menos la forma es la misma, pero el contenido de lo que hacemos es todo improvisado y eso es lo que le da su cuota distintiva. Trabajamos con un director que se maneja con un sistema de señas, pre- determinado, justamente para improvisar. Entonces, no hay un tema pautado, cada show es una caja de Pandora.

La particularidad que tendrá esta presentación es que viene como grupo invitado, De la tierrita que hacen música colombiana y son de acá de La Plata. Siempre trabajamos con invitados que llevan la armonía. Además vendrá Fabián Fanello que es un bajista de Buenos Aires.

–¿Se integran a la improvisación?

–Sí, caen sin ensayo, hacemos pruebas de sonidos y nada más. Y de ahí, salimos a la cancha.

–¿No hay una línea a seguir en cuanto a temas, por más que sean improvisados?

–No, no, la verdad que no. Lo que hay es "obligados" como una especie de memoria, son pequeños tramos que están memorizados y que se señalizan, como por ejemplo, "memoria 1" y eso te lleva a tocar todos al unísono una cosa determinada. Pero no es que está pautado y que vamos todos por un estilo musical, que hacemos candombe o algo por el estilo, no hay nada pre-fijado. Y después también en relación a cómo está distribuida la sonoridad de los instrumentos, en relación a eso, sí por ahí hay un sentido. Los graves, por ejemplo, tienen ciertas funciones pero tienen que ver con el formato musical de cómo se arma una banda. Los accesorios hacen otras cosas, las congas hacen otras cosas, los de candombe hacen otro.

–¿Cómo fue la repercusión en la Estación Provincial?

–Bárbaro, la verdad que súper porque no es un formato muy habitual, en La Platal, y la gente se engancha.

Fuente: Diagonales

"En mi repertorio nunca habrá una banalidad"

Susana Rinaldi Dice que, como es mujer de teatro, "me meto con textos que me están representando". Se presenta hoy y mañana, en el Tasso.

Por: Eduardo Parise

La presentación es casi tan sobria que alcanza sólo con nombrarla. Entonces ella camina unos pasos, recorre los seis escalones para subir al escenario, se pone frente al micrófono y comienza a decir. Ese es el momento en el que Susana Rinaldi deja de ser una cantante para convertirse en una artista. La escena se repetirá hoy y mañana y volverá a verse en la semana próxima en el Centro Cultural Torquato Tasso, en un espectáculo que forma parte del ciclo de Tango y Jazz, en el que Rinaldi aceptó participar porque la propuesta le hizo acordar de lo que conoció en Caballito, su barrio. "Me trajo a la memoria lo que pasaba en Ferrocarril Oeste, en el Club Condal, en el Cometa o en el Italiano, cuando la gente, además, de tener lo instrumental, iba a escuchar", explica ante Clarín.

Es una forma de meterse de lleno en esa conjunción de Típica y Jazz (en el show comparte escenario con el trío de Jorge Navarro), "dos disciplinas que se hicieron fuertes cuando consolidaron la integración de las letras con la música; ahí es cuando se hacen completas, porque lo instrumental y la danza son importantes, pero cuando arrebata la historia de lo que uno está cantando, ya sea como jazz o como tango, ahí la historia está completa", destaca la Tana Rinaldi.
Y después de volver a señalar la importancia del ámbito en el que se desarrolla la presentación (Rinaldi no es partidaria a que los cantantes se presenten en grandes estadios; "las canchas de fútbol son para ver fútbol", sentencia), recuerda esa conjunción de "dos músicas portuarias, como lo son el tango y el jazz" y potencia la calidad de cantantes como "Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Bessie Smith o Judy Garland, quienes, salvo Mercedes Simone, que era impresionante, fueron mis maestras y me han enseñado mucho sobre cómo cantar, cómo decir".

En cuanto a la elección del repertorio, Rinaldi dice que nada es casual. "Desde abajo del escenario lo parece, porque a la gente no hay que darle la idea de que todo eso lo pensaste; es cierto que contarlo le quita un poco la magia, pero cantar es un trabajo que uno se toma para que la gente pueda decir: esta mujer piensa de esta manera", cuenta y remata con este concepto: "En mi repertorio nunca habrá una banalidad, porque yo vengo del teatro y me meto con textos que me están representando como mujer, como ciudadana y que me representan, también, social y estructuralmente en mi forma de razonar las cosas".Allí, es cuando entra a tallar su preocupación por el buen uso del lenguaje. "Yo tengo una fundación escuela que convoca a los alumnos desde ese lugar del perfeccionamiento del lenguaje, para ser aplicado en lo musical o teatral. Y una cosa que pido siempre es que no dejen de pensar la palabra, porque es cierto que cada palabra tiene un peso propio, pero tiene un peso mayor cuando quien emite esa palabra la ha pensado dos veces antes de decirla".

Tras destacar su alegría por el reconocimiento que le prodiga constantemente la gente ("creo que no es sólo por la edad y la trayectoria, sino por los temas que uno elige") y su agradecimiento al hecho de que su hija, Ligia Piro, sea cantante de jazz ("es un mandato cumplido que, pobrecita, le viene desde que estuvo en la panza"), Rinaldi se siente contenta de expresar su arte en un ámbito con tanta intimidad como el del Tasso, espacio cultural que la tiene como madrina artística.

"Es que últimamente lo económico pasó a ser lo menos importante. Gracias a Dios es lo que menos me mueve, porque he trabajado muchísimo y he podido sostenerme y sostener la expectativa para cuando no tuviera espacio y no tuviera voluntad de hacer nada", reflexiona.
Y deja para el final la base que sustenta esa filosofía, aprendida de aquellas grandes que fueron sus maestras en el canto: "Disfrutar del gusto de cantar, el gusto de decir cantando; eso es maravilloso y no se paga con nada".

Fuente: Clarín

"El dúo... somos más"

Entrevista a Liliana Vitale y Verónica Condomí. Después de 30 años, las artistas surgidas en el marco de M.I.A. presentan un nuevo disco.

Por: Eduardo Slusarczuk

A pesar de que la reciente edición de Humanas, el CD que Liliana Vitale y Verónica Condomí presentan esta noche, cierra un silencio discográfico de casi tres décadas, las integrantes del dúo nacido en el marco de M.I.A. (Músicos Independientes Asociados) , aquella primera experiencia local de producción musical independiente, las cantantes se niegan a hablar de un regreso.

"Los discos del dúo, Cantos de Adelina y Camasunqui, salieron cuando M.I.A. cerraba, de algún modo, su performance. Pero nosotras atesoramos esa experiencia musical de manera muy especial", cuenta Vitale. Y enseguida recuerda que por entonces el dúo "estaba hecho un violín", gracias al entrenamiento vocal que dio como resultado un repertorio que contó entre sus fans del momento a Egberto Gismonti, Manolo Juárez y Remo Pignoni, entre otros.

El juego vocal, que se encaminó con el tiempo a través de las composiciones contrapuntísticas de Condomí, se amplió luego a músicas en distintas lenguas latinoamericanas y abrió un paréntesis, a mediados de los '80, a causa de lo que Vitale define como "un cambio de paradigma".

La restitución de la democracia significó cambiar esa "libertad intramuros que generaba M.I.A. por un compromiso hacia afuera, con una recuperación de la palabra", señala la hermana de Lito.

Sin embargo, una década más tarde, las cantantes se reencontraron y retomaron la propuesta. "A partir de la presentación en CD de la recopilación de aquellas viejas grabaciones el espacio del dúo se mantuvo presente hasta ahora", cuenta Vitale.

"Lo que sucede es que hay etapas que transcurren a puertas cerradas, y otras, como ésta de ahora, que son con la gente", explica Condomí, quien resalta que el tiempo ayudó a que la improvisación ganara espacio en el repertorio. "Compartimos un espacio de libertad, y cuando cantamos hay algo impresionante en el aire. Estamos a la expectativa de eso que sucede como una tercera cosa. Porque lo mío es una mitad que se completa con lo que haga Liliana, por más que ella esté poniendo su silencio. Porque no sé qué va a pasar al segundo siguiente. Y creo que está bueno, porque genera un estado de comunicación especial, que se potencia cuando lo compartimos con la gente", reflexiona.

"Por eso es muy fuerte la sensación de que el dúo no está volviendo, sino que a partir de las diferencias muestra cómo se fue desarrollando un mundo propio, que es nuevo. No estamos regresando a ningún lugar", insiste Vitale.

Aunque discrepan en definirse como parte de la "cultura popular", Vitale y Condomí acuerdan en que "las experiencias artísticas de cierta vanguardia, jamás fueron masivas". Sin embargo, a la hora de comparar, ambas coinciden: "En este presente, el dúo... somos más. Y eso nos pone felices."

Fuente: Clarín

La Dulce vuelve a Buenos Aires

Este sábado, el grupo de Samantha Navarro presenta las canciones de su disco Sed con La Cosa Mostra como amables anfitrionas.

A fines de 2008, cuando La Dulce toco por primera vez en Buenos Aires, La Chacha, percusionista del grupo, anunciaba: "Gracias a MySpace tenemos muchos amigos en Buenos Aires, e incluso se han venido a toques nuestros en Montevideo". Aunque tardó, el regreso a la Banda Occidental del Río de La Plata llegó por una invitación de la cantante, guitarrista y compositora Paula Maffia y su grupo La Cosa Mostra: "Este será un evento singularísimo. No voy a ensalsar nuevamente lo increíble que es La Dulce. Sólo les voy a decir que desde que escuché por primera vez hace 12 años a Samantha Navarro, líder y cantautora de la banda, se posicionó inmediatamente como referente vital de mi música".

El grupo de chicas liderado por la cantautora Samantha Navarro (con una prolífica trayectoria como solista) vuelve para presentar su segundo disco, Sed (2008), producido por Martín Buscaglia y Gustavo Montemurro. Y considerado como uno de los mejores discos de ese año según Rolling Stone.

El grupo está integrado por la saxofonista Andrea Viera (que también toca en Abuela Coca), Mariana Vázquez (en guitarra, acordeón y voz) y el "bendito" bajista Eduardo Yaguno. El repertorio del show también incluirá canciones de su primer disco, grabado en vivo, y una versión de "Fuiste", de Gilda.

La Dulce y La Cosa Mostra tocan este sábado, 22 de mayo, en Arcoyrá, Humberto Iº 2758. A las 21. Las entradas se pueden reservar en lacosamostramail@gmail.com.

Fuente: RollingStone

“Respiro reggae, es algo que no puedo dejar de escuchar”

Pety: Una entrevista exclusiva con el cantante de la banda Riddim

"Estamos tocando mucho los temas del último disco Donde brilla el sol, que salió en noviembre del año pasado y como el próximo 26 de junio tenemos una presentación en La Trastienda, el show de La Plata va a ser muy similar al de la presentación porteña. Estamos ensayando un show de casi dos horas para presentar el disco, así que algunos de esos temas van a estar en la lista del show en el Teatro Ópera platense", comentó a Diagonales Pety, cantante de la banda Riddim, que desde 1996 hace música influenciada por el sonido del reggae jamaiquino e inglés de los años '70 u '80. Riddim se denomina el tándem (la base) que forman el bajo y la batería en las bandas de reggae. Todos los amantes de estos sonidos tendrán esta noche, a las 21.30, en la sala Ópera (58 entre 10 y 11) un excelente plan con las canciones de esta banda, a las que se le sumarán las de Che raíz y Smocking Flamingo.

–En su opinión, ¿qué es lo que lleva a un grupo de jóvenes a armar una banda de reggae y no una de rock como sucedía antes?

–Creo que el rock ha sufrido muchísimo después de lo de Cromañón, los músicos se han volcado un poco a otros géneros incluso el público, y se interesaron todos un poco más por el reggae. Este género venía sonando desde los '90, y desde antes también, en realidad el primer reggae que se hizo en Argentina fue en 1982 con Luca Prodan. Pero hay un crecimiento muy importante a partir de que los productores se empezaron a interesar en el estilo. Fue un estilo que siempre convocó gente, el público fue siempre muy tranquilo, es un ambiente bastante cordial el de los recitales de reggae, y con el resurgimiento de Los Cafres cinco años atrás, ahí empezó a girar la bola un poco más.

–Por estos días se están cumpliendo 10 años de la edición de Roots riddim reggae, el primer trabajo discográfico de la banda. Cuando mira para atrás, ¿qué ve de aquel disco?

–Principalmente un crecimiento musical enorme en la banda, también una madurez a nivel músicos y por otro lado, la esencia sigue siendo la misma. Cuando escuchamos esa grabación, por más que no haya sido en un estudio importante, ni para un sello discográfico importante, Riddim la intención de hacer reggae de raíz la tenía desde el primer disco. Por suerte estamos orgullosos de poder seguir tocando en vivo todavía la mayoría de las canciones de este CD. No es que nos cansamos ni nos parece un material obsoleto. Todo lo contrario, nos da placer mostrarlo.

–Eso es algo que no le sucede a todas las bandas…

–Exactamente, pero en nuestro caso todos los discos tienen temas que seguimos tocando en vivo y veces con 6 discos es difícil armar una lista de temas de veinte canciones porque estamos hablando de cerca de 72 canciones y para un show necesitás 18 o 20, para redondear dos horas. Y se hace bastante difícil seleccionar los temas de la banda, porque a veces dejás afuera algunos que la gente pide y viceversa.

–El año pasado acompañó a los Dancing Mood en su visita a La Plata. ¿Qué lo lleva a sumarte a este tipo de excursiones?

–La verdad es que estoy todo el día escuchando música, desde que me levanto. Respiro reggae, es algo que no puedo dejar de escuchar, y no estoy hablando de escuchar distintos estilos o artistas nuevos. No, sigo escuchando mis viejos discos de reggae y todo el tiempo, es algo que no puedo evitar. Y cuando me invitan a cantar con bandas dentro del estilo, voy con todas las ganas porque es algo que me apasiona. No sé si lo hago bien o mal, pero me gusta.

En el repertorio de Riddim Suenan temas de Aswad, Dennis Brown, Israel Vibration y Bob Marley. Un clásico en sus shows es la decisión de intercalar clásicos jamaiquinos con las canciones propias. "Posiblemente mañana (por hoy) en La Plata hagamos algo de Miked Dread, de Steel Pulse, que son bandas y solistas que nos gustan mucho, algo de Burning Spear. Depende de la lista de tema que armemos y lo que vayamos a mostrar.

Los amantes del género saben perfectamente dónde deben concurrir esta noche.

Fuente: El Argentino