Francis Dávila


Estuardo Zapeta

Conozco “al Francis” desde muy patojo, “cuando nuestras fiestas electrónicas eran de ocho personas . . . contando al Dj.”

Mujeres Kaqchikeles, de corte y güipil, danzando y cantando al “beat” de Life Can Be So Good. Era como la invasión total de la música electrónica y su prominente representante nacional, Francis Dávila, los componentes de una fórmula que si me hubieran preguntado hace 10 años, jamás siquiera habría imaginado sus posibilidades en el imaginario social.

Era San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, en una fiesta “de pueblo,” que mis estereotipos creerían amenizada por alguna marimba orquesta, algún mariachi, o algún grupo tropical, pero no por un DJ, y menos por uno que días atrás había entrado en la codiciada, peleada, y muy apreciada lista mundial de Dj Top100.

Conozco “al Francis” desde muy patojo, “cuando nuestras fiestas electrónicas eran de ocho personas... contando al Dj.” Sí, me lo presentó otro gran pionero en tanta ramas del arte y de la electrónica: Rafael Tres.

Era lógico: la propuesta de los paradigmas, de Thomas S. Kuhn, se comprueba y se repite. He seguido “al Francis” por años y por varios lugares: Escuintla, Coatepeque, Mazate, Xela, Chimaltenango, El Salvador, y cada vez me ha sorprendido no sólo la admiración del público, sino la sencillez con la cual él se comunica con audiencias muy amplias.

Te he visto crecer Francis, tanto como artista, como persona, y como guatemalteco. Cierto, recuerdo cuando había que cargar “las chivas”, instalar, tocar, deshacer todo, y volverlo a cargar de nuevo.

En Escuintla, hace meses, Francis tocó casi igual tiempo que el que dedicó a firmar autógrafos de patojas, de patojos que esperaron por horas en largas colas para saludarlo, para expresarle admiración, y notar entrada la madrugada que es tan Chapín como usted o como yo. Pero a la vez tan global como Armin, Tocadisco, Ingrosso, Axwell, Fedde, o Tiësto.

De su espectacular primer álbum, Shine, cinco “cortes” lograron #1 en Guatemala y Centroamérica, durante varias semanas. La sola mención de su nombre hace que la presentación sea un éxito porque lleva el sello de calidad que significa “el Francis”. Hace unos días “el Francis” le salvó la noche a un artista de fama internacional, pero de calidad mediocre, que no hace más que covers, y malos, y cuya altanería es mayor que su fama.

En agosto le hablé para que tocara para mi cumpleaños y con gusto aceptó. Uno de los mejores regalos que la vida me ha dado. Esa noche estrenó tracks.

Francis, es apenas el inicio de la cosecha de lo que por años sembraste. El mundo es tan pequeño, y como dice “Above and Beyond”, el cielo no le pertenece a nadie: “Dream on little dreamer, And this is how it all begins, Move your feet, Feel how sweet it is, Dream on little dreamer, Follow all of your own signs, You got to gather up what you need, You got to choose a direction, And when the moment is right for you, You got to go, You gotta keep your ideals high, You got to know that the sky belongs to no one, and you know you got
to go...”

Francis, sigue soñando, que cada sueño es hoy realidad. En nombre de una nueva Guatemala, gracias.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día martes 06 de diciembre 2011.