La tolerancia religiosa


Carroll Ríos de Rodríguez

Los musulmanes superaron en número a los cristianos hasta el Siglo XII, aunque años antes ciertos gobernantes discriminaron a los cristianos.

La muerte de Muamar Gaddafi fue la noticia más impactante en estos días. Aunque expresan descontento por la cruda ejecución del flamante dictador, los noticieros y las redes sociales celebran la “primavera árabe”, el amanecer de la libertad y la democracia para esta región. Los libios respiran tras 42 años de represión. Lucieron una nueva bandera y un nuevo himno nacional durante la ceremonia el pasado domingo, mientras el presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdeljalil, dijo que su país adoptará como ley esencial la ley islámica o sharía.

De este lado del mundo, entendemos el rechazo a la tiranía y el ansia de libertad, pero desconocemos o tememos la sharía. El descamino de la llamada Revolución de 2011 en Egipto confirma que deponer al dictador no garantiza la paz.

Los enfrentamientos religiosos entre egipcios han escalado este año. En Año Nuevo, una bomba estalló en una iglesia en Alejandría y mató a 21 personas; en marzo, hubo confrontaciones en El Cairo; en mayo, más pugnas e iglesias quemadas. Discípulos de San Marcos, los coptos y otros cristianos habitan el país desde el Siglo II: no son extranjeros. Los musulmanes superaron en número a los cristianos hasta el Siglo XII, aunque años antes ciertos gobernantes discriminaron a los cristianos. Los aproximadamente 10 millones de coptos egipcios constituyen la minoría religiosa más grande en la región.

La reciente violencia provocó pacíficas manifestaciones cristianas, dominadas por crucifijos. El 9 de octubre, el Ejército agredió a los manifestantes, disparándoles con armas de fuego y atropellándolos con tanques. Murieron 27 coptos y 3 soldados, y 329 personas más resultaron heridas. Observadores oculares calificaron el hecho de genocidio. Diez días más tarde, emigrantes egipcios manifestaron en Washington, DC, pidiéndole al Gobierno de Estados Unidos que se pronuncie a favor de la tolerancia religiosa.

En solidaridad, las misas católicas del domingo 16 de octubre se ofrecieron por las almas de los difuntos y la paz. “Estamos unidos, con la oración y el ayuno, a todos los cristianos…para que el Señor le dé paz a nuestro amado Egipto”, declaró el cardenal Antonios Naguib, patriarca de los coptos católicos. El cardenal Naguib teme un retorno a la práctica de tolerar como “infieles protegidos” a los no musulmanes, sólo si pagan un impuesto adicional o jizya. Su temor es fundado. El jeque salafita Adel el-Ghihadi confirma que varios líderes políticos ambicionan la islamización de Egipto, y sentencia que: “Quien quiere vivir en un país de mayoría musulmana, debe aceptar sus leyes. O paga el tributo o se hace musulmán o se le mata”.

Los cristianos de Libia, Siria e Iraq podrían enfrentar semejante pesadilla. En A Lonely Minority, Edward Wakin nos ruega que nos opongamos a la tiranía donde sea que se produzca, antes de que “se rompan vidrios e íconos y se fragmenten las familias…Etiquetar (la tiranía) a tiempo es un antídoto al peligro de las sensibilidades embotadas de nuestra era”. La oración es también un arma poderosa.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 26 de octubre 2011.