Renovarse o morir en el mundo del fútbol: Las idioteces y fanfarronadas de Javier Clemente han dado paso a las idioteces y fanfarronadas de José Mourinho.
Fernando Alonso ha dicho que, si conducimos a 110 kms/h por la autopista, nos podemos dormir. A mi se me ocurre que, conduciendo a 300 kms/h en un circuito de carreras, nos pueden picar las lombrices en el culo.
Mourinho o Guardiola, Rajoy o Zapatero, ¡esa es la cuestión!... Nervios, tensión, promesas, mentiras, insultos... ¡precampaña electoral al rojo vivo!, ¡la Liga al rojo vivo!... El único ser sonriente y feliz como una perdiz es el imputado más dicharachero de Valencia.
Alberto Contador ya ha ganado alguna etapa de la Vuelta Ciclista a Murcia (Quizá en estos momento ya sea ganador de la Vuelta) ¡Cuidado con los solomillos, que el Diablo los carga con clembuterol!... Eso dicen.
Cristiano Ronaldo está de baja. Mourinho no, sigue dándole a la lengua.
Continúan las hostilidades en Libia. La guerra es como el deporte, hay que luchar enconadamente si se quiere conseguir algo. Lo bueno es que no hay controles antidoping, tan sólo torturas.
En mi condición de ciclista procuro cumplir con todas las normas de tráfico. A partir de mañana no rebasaré los 110 kms/h.
¡Aúpa el Racing!, ¡Aúpa el Racing!, ¡Aúpa el Racing!, ¡Aúpa el Racing!... No, no soy hincha del Racing, se trata de que esta noche juega contra el Real Madrid.
He estado viendo un ratito la Vuelta Ciclista a Murcia, un ratito de un kilómetro caminando porque el autobús que me lleva al centro de la city tenía cortado el tramo final por la carrera. Es para que nos vayamos mentalizando de cara a las cabalgatas de Semana Santa, que cortan toda la ciudad.
La etapa era contra-reloj y cada ciclista iba precedido de una moto de la guardia civil de tráfico. Algunos ciclistas, no todos, supongo que los mejor clasificados, llevaban pegado al culo un coche con un altavoz. El tío del coche les daba caña: "¡Venga!, ¡Venga!, ¡Venga!, ¡Venga!" y otros gritos de ánimo.
Nunca he sido competitivo pero, por si tenía alguna duda, después de lo de hoy, estoy seguro de que no lo seré jamás. No soportaría que un tipo, sentado en un coche, me taladrase los tímpanos con un altavoz para ganar unos putos segundos.
